Goodbye, farewell and amen
I. Las cuentas, más o menos, son así: en la temporada 2020, la National Football League tuvo 12.000 millones de dólares de ingresos. A nivel local, a la NFL ese dinero le llega sobre todo del taquillaje y derivados de los estadios en un día de partido de cada equipo: en total en ese intervalo de tiempo, 1.700 millones de dólares. Sin embargo, es a nivel nacional e internacional de la forma que la competición estadounidense consigue la mayor parte de ese dinero, ya sea a través de la firma de patrocinios o de la celebración de eventos como el Super Bowl y, muy especialmente, con los contratos de derechos televisivos en Estados Unidos, que supusieron en ese periodo un montante de 5.900 millones de dólares.
En concreto, la NFL recibió esos 5.900 millones de dólares anuales de los contratos de derechos televisivos firmados entre el año 2014 y 2022 de la siguiente manera:
La NBC, la primera gran cadena estadounidense en emitir un partido de la NFL en el año 1939 (el 22 de octubre de ese año, una victoria de los Brooklyn Dodgers sobre los Philadelphia Eagles en el extinto Ebbets Field), pagó 1.000 millones de dólares anuales para retransmitir, principalmente, el Sunday Night Football, el encuentro que se disputa en máxima audiencia desde 1987 (primero en la ESPN y, ya desde el año 2006, en la propia NBC).
La CBS, otra de las grandes cadenas de televisión norteamericanas que lleva echando encuentros de la NFL desde 1956, pagó 1.100 millones de dólares anuales por hacerse de forma preferencial con el paquete de partidos de las dos primeras franjas horarias de domingo por la tarde en los que los equipos visitantes son conjuntos de la AFC.
La Fox, que llegó a la NFL en 1994, pagó también 1.100 millones de dólares anuales por el paquete de partidos de las dos primeras franjas horarias del domingo por la tarde en los que los equipos visitantes son conjuntos de la NFC y, a partir del 2018, también pagó otros 700 millones de dólares más por la mayoría de los encuentros del jueves por la noche, uno solo en cada jornada, que se disputan desde el año 2012.
La ESPN, el imperio mediático del deporte que está en la NFL desde 1987 y que, al igual que la ABC, pertenece a Disney, pagó 2.000 millones de dólares anuales por todos los partidos del lunes por la noche, uno solo en cada jornada, que se disputan desde los años setenta retransmitidos en la citada ABC y que se emiten en la propia ESPN desde el año 2006.
5.900 millones de dólares anuales, infinidad de billetes con la cara de Benjamin Franklin en su anverso puestos en fila uno detrás de otro.
Diría que es mucho dinero si no fuera porque la NFL incrementó todavía en más de un 75% ese importe con sus nuevos contratos televisivos, a empezar en el año 2023, hasta alcanzar con más de 110.000 millones de dólares en once años de duración el mayor contrato televisivo de la historia del deporte.
Foto: ¡Eeeeeeeeriiiiiiiiiin! (AP/Matt Rourke)
II. Las costumbres están cambiando y las televisiones están perdiendo audiencia de manera exponencial, pero todas las cadenas televisivas norteamericanas sueltan sin reparos el dinero cuando se trata de la NFL: los citados ingresos de los nuevos contratos por los derechos televisivos de la competición estadounidense, que se extenderán en la mayoría de los casos hasta el 2033 (si bien la propia NFL puede dar por finalizados esos contratos también en su mayoría en el 2029), pasarán de 5.900 millones de dólares al año a 10.250 millones de dólares al año. En este caso, las cuentas, más o menos, son así:
La NBC pasará de pagar 1.000 millones de dólares anuales a desembolsar 2.000 millones de dólares anuales por el partido de máxima audiencia del domingo, el Sunday Night Football. El incremento, en efecto, es del 100%.
La CBS pasará de pagar 1.100 millones de dólares anuales a desembolsar 2.100 millones de dólares por el paquete de partidos de las dos primeras franjas horarias de domingo por la tarde en los que los equipos visitantes son conjuntos de la AFC. El incremento es del 91%.
La Fox pasará de pagar 1.100 millones de dólares anuales a desembolsar 2.250 millones de dólares anuales por el paquete de partidos de las dos primeras franjas horarias de domingo por la tarde en los que los equipos visitantes son conjuntos de la NFC. El incremento es del 105%.
La ESPN pasará de pagar 2.000 millones de dólares anuales a desembolsar 2.270 millones de dólares por todos los partidos del lunes por la noche, los Monday Night Football. El incremento es del 35%.
Amazon, el gigante de Internet y no una cadena de televisión, se hará con los partidos de los jueves, los Thursday Night Football, por 1.200 millones de dólares anuales, un incremento del 71% en relación con los 700 millones de dólares anuales que pagaba la Fox en el anterior contrato televisivo.
10.250 millones de dólares al año.
Más de 110.000 millones de dólares en once años.
Un pastizal inabarcable que procede, en realidad, de una apuesta arriesgada e incomprensible de hace muchísimos años que cambió para siempre el deporte en Estados Unidos cuando la NFL decidió centrarse y situar la mayoría de sus partidos en la tarde de los domingos, una franja horaria que hasta entonces era considerada tradicionalmente como uno de los horarios peores para la disputa del deporte en Estados Unidos.
Foto: Tony Romo, en la imagen junto a Jim Nantz cuando Jim Nantz no está en un campo de golf, te cuenta lo que va a ocurrir antes de que el balón se ponga en juego.
III. “El fútbol profesional”, dijo una vez Red Auerbach, el legendario entrenador y directivo de los Boston Celtics, “no era nada hasta que él se convirtió en comisionado”.
Se refería, evidentemente, a Pete Rozelle, quien estuvo durante casi treinta años al frente de la NFL, desde 1960 a 1989, pese a haber llegado al cargo como tercera opción: tras una semana de votaciones, los dueños de los clubes no se ponían de acuerdo en la votación entre Marshall Leahy y Austin Gunsel y terminaron votando, en la vigesimotercera votación, a Rozelle, el mánager general de Los Angeles Rams, de apenas 33 años. Él se enteró de su elección en el baño y cuando regresó a la habitación de las votaciones dejó una frase que, aunque todos conocemos, nunca está de más recordar por su genuinidad: “Honestamente, puedo decir que me presento ante vosotros con las manos limpias”.
Con él al mando, el fútbol profesional, todavía muy lejos entonces de la popularidad del béisbol, se convirtió en el deporte número uno en Estados Unidos. “Movió a la NFL de la contraportada a la portada, del horario diurno al horario de máxima audiencia”, recordó una vez Weillington Mara, el ya fallecido dueño de los New York Giants, sobre un hombre que, en palabras de Jim Murray, el periodista deportivo y columnista también fallecido de Los Angeles Times, “podría convertir a Fidel Castro en presidente de los Estados Unidos”.
Entre otras decisiones, el traslado de las oficinas de la competición desde los suburbios de Philadelphia a Manhattan, la repetición instantánea, la unión de la NFL con la American Football League o los partidos de los lunes por la noche en la ABC (la gran cadena estadounidense que ocupaba el último puesto en los niveles de audiencia, que apostó por ello… y que terminó ganando) surgieron de la mano de Pete Rozelle, quien, sin embargo, cimentó su legado en dos ideas complementarias: los contratos televisivos conjuntos y ocupar la franja horaria de la tarde de los domingos hasta alcanzar su plan más brillante que unió a ambas ideas, el superdomingo televisado del Super Bowl.
Foto: Pete Rozelle se limpió las manos al salir del servicio.
IV. “Fue la decisión más lamentable que he tomado”, reconoció el propio Pete Rozelle al referirse a lo que ocurrió el 24 de noviembre de 1963, también, por supuesto, un domingo. Apenas dos días antes, John Fitzgerald Kennedy, el presidente de los Estados Unidos, había sido asesinado en Dallas, pero la NFL no se detuvo. Ese domingo, menos de una hora antes del inicio de los encuentros de la primera franja horaria, Jack Ruby disparó a Lee Harvey Oswald y aquellos partidos se recuerdan ahora más por la polémica suscitada (por ejemplo, Frank McNamee, el presidente de los Philadelphia Eagles, se negó a acudir al choque de su equipo contra los Washington Redskins debido a la decisión del comisionado). “Ese fue el único partido que jugué en cualquier nivel que no me importó en absoluto. No hubo deseo, no hubo determinación. Estuve pensando, ¿esto es Estados Unidos? Estados Unidos era un refugio seguro. Entonces, de repente, no lo era. Ese día vive conmigo hasta el día de hoy”, confesó muchos años después Sam Huff, entonces jugador de los New York Giants.
Aunque también hubo gente que estuvo de acuerdo con Rozelle: “Absolutamente, fue la decisión correcta", manifestó Pierre Salinger, secretario de Prensa de la Casa Blanca bajo el mandato del propio Kennedy al que consultó ese fin de semana el comisionado de la NFL para tomar su decisión, ya que eran amigos desde que coincidieron de estudiantes en la Universidad de San Francisco. Y añadió: "Nunca la cuestioné. Este país necesitaba algo de normalidad y el fútbol americano, que es un deporte muy importante en nuestra sociedad, ayudó a dársela".
Foto: Joe Buck y Troy Aikman han cambiado este año de camiseta. (ESPN)
V. Porque era domingo y los domingos en la televisión se ve el fútbol americano, el deporte preferido de los estadounidenses, según las encuestas y entre otras franjas, para las mujeres de doce años o más, los hombres de doce a 24 años, los hombres de 25 a 39 años, los asiáticos, los hispanos, los afroamericanos y los padres que tienen hijos con más de 18 años de edad.
No en vano, en 2020, el 41% de todos los minutos de deporte que vieron los estadounidenses fueron de NFL, una competición que tuvo una media por partido de quince millones y medio de espectadores, seguida a años luz por el College Football (tres millones y medio), la NBA (1.100.000), la NHL (400.000) y la MLB (350.000).
Hasta desembocar, por supuesto, en el superdomingo de febrero, el pináculo soñado por Pete Rozelle, el Super Bowl en el que los anuncios de 30 segundos pueden costar, como el año pasado, hasta cinco millones y medio de dólares porque todo Estados Unidos está frente a una televisión: de los 30 programas más vistos de la historia de la televisión estadounidense, 29 de ellos son ediciones del Super Bowl.
La excepción, en el noveno puesto, es ‘Goodbye, Farewell and Amen’, el episodio 16 especial de dos horas y media de la temporada 11 de M*A*S*H, emitido el 28 de febrero de 1983 y que reunió a 105.970.000 personas delante del televisor para despedir esa mítica serie centrada en un grupo de médicos en la guerra de Corea que la CBS puso en antena en 1972.
Eso sucedió, claro, en la noche de un lunes y no en una tarde de un domingo… de fútbol americano.
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Fuentes: ESPN, Sports Illustrated, Nielsen, Sports Business Journal, Wall Street Journal y NFL.