Vuelta Wolcott Field: Un choque de gigantes (etapa 19)
Etapa 19: Albertville – Col d’Izoard, 219 kilómetros.
Dificultades destacadas: Col de la Madeleine, Col du Glandon, Col du Granon y Col d’Izoard.
Análisis: 7.764 metros. Esos son los metros que tendrán que subir los ciclistas (también bajarán 5.744 metros) en una exigente etapa alpina con cuatro puertos interminables: el Col de la Madeleine (por el norte, más de 25 kilómetros con 1.585 metros de desnivel a una pendiente media del 6,2%), el Col du Glandon (por el noreste, más de 21 kilómetros con 1.472 metros de desnivel a una pendiente media de 6,9% y con rampas de hasta el 14%), el Col du Granon (por el este, más de 15 kilómetros a una pendiente media del 7% por un camino de tierra) y el Col d’Izoard, donde estará situada la meta en alto tras 19 kilómetros de ascenso por su vertiente noroeste a una pendiente media de 6% y con rampas de hasta el 11%.
Crónica: COL D’IZOARD (FRANCIA) - Cuando el sol se asomó por encima de las cumbres dentadas que rodean Albertville, los ciclistas supieron que estaban a punto de embarcarse en un viaje que cimentaría legados, aplastaría sueños y prepararía el escenario para un desenlace inolvidable. La etapa 19 de la Vuelta Wolcott Field fue un cuento de desgaste, ingenio y desenfreno que contó con el beneplácito de la dureza y de la heroica.
Desde el principio, el ritmo fue rápido, aunque el pelotón se conformó con permanecer unido durante los primeros 40 kilómetros, con los corredores mirándose de reojo, como si reconocieran en silencio la batalla que se avecinaba. La mañana era fresca, el cielo estaba despejado y se sentía el preludio del caos que se desataría en las legendarias subidas que estaban por llegar.
Un caos que empezó pronto, en el ascenso al Col de la Madeleine, esa bestia de 25 kilómetros que arruina las esperanzas. En el inicio de la subida, un grupo de merodeadores formado por quince ciclistas españoles e italianos (y Tadej Pogaçar), encabezados por Alberto Contador y Miguel Induráin, atacó. Se trataba de hombres con un plan y su ataque fue tan calculado como encarnizado. No eran ciclistas interesados en ganar únicamente una etapa, sino que eran arquitectos de una gran reestructuración, con la intención de reescribir en su beneficio la clasificación general.
Detrás de ellos, el grupo del líder se quedó dormido. En seguida, Eddy Merckx reunió a sus tropas (principalmente, Hinault, LeMond y otros corredores belgas y franceses como Van Impe, Virenque o Anquetil), pero el daño ya estaba hecho. Los fugados habían abierto una brecha y no miraban atrás. El descenso fue espeluznante, con los escapados en colaboración perfecta. Merckx y su cuadrilla lograron recuperar algo de tiempo, pero la verdadera emoción aún estaba por ocurrir.
Cuando los ciclistas llegaron al Col du Glandon, el cielo se oscureció completamente. Lo que iba a ser un ascenso desafiante se convirtió en una molienda traicionera. La lluvia pulió las carreteras, transformándolas en un desastre impredecible y deslizante. En esas condiciones infrahumanas es donde los puristas prosperan, donde los fuertes se hacen todavía más fuertes y los débiles por fin se descubren. Por eso, Marco Pantani y Fausto Coppi eligieron ese preciso instante para aumentar todavía más su ritmo.
El pedaleo de Pantani era todo fuego y el de Coppi era frío como el hielo, un gélido abrasamiento. La diferencia con el grupo de Merckx se disparó por encima de tres minutos y los perseguidores comenzaron a tambalearse. Raymond Poulidor y Rik Van Looy probaron el asfalto en el descenso, víctimas de las condiciones resbaladizas. Las pérdidas se acumulaban y la ominosa cifra de la derrota parecía más grande cada kilómetro que pasaba.
El Col du Granon, con sus crueles tramos sin asfaltar, fue el escenario donde la decimonovena etapa de la Vuelta Wolcott Field se convirtió en una saga. Tadej Pogaçar y Vincenzo Nibali, dos hombres a los que no les falta nunca la garra, se pusieron en cabeza en el grupo atacante, rompiéndolo como un puente mal construido bajo un peso excesivo. Los caminos de tierra fueron un gran igualador de fuerzas, pero también un gran separador: Alejandro Valverde y Chava Jiménez se encontraron en el lado equivocado de esa división, incapaces de seguir el ritmo del implacable empuje de los líderes.
Mientras tanto, Merckx, Hinault y LeMond se atrincheraron, aumentando sus esfuerzos en busca de completar una tarea a la altura de Sísifo. Sin embargo, la diferencia se amplió más allá de los cinco minutos, un abismo que ni siquiera el Caníbal pudo devorar. El clima mejoró en la cima del Granon, pero, aun así, el descenso fue tenso: el grupo de cabeza se mostró cauteloso para no desaprovechar su ventaja, mientras que por detrás lo único que se esperaba era un milagro.
A medida que la carretera se volvía más empinada y el aire se hacía más escaso en la última subida al Col d'Izoard, Coppi y Pantani, dos escaladores separados por décadas pero unidos por su capacidad para elevarse en las altas montañas, tomaron otra vez la iniciativa en el grupo de cabeza y, a diez kilómetros de la meta, atacaron, un tándem uniforme y fluido. Fue poesía en movimiento, un ataque que pareció condenadamente fácil, como si estuvieran saliendo a dar un paseo en domingo en lugar de luchar por una victoria de etapa en la mejor vuelta de tres semanas de la historia. Contador e Induráin intentaron seguirlos, pero sus piernas gritaban clemencia, sabiendo que la carrera por la general aún estaba completamente viva.
Merckx, consciente de que su reinado estaba bajo asedio, lanzó un contraataque desesperado, arrastrando a Hinault y LeMond con él. Fue un movimiento nacido de la necesidad, el último acto de resistencia de un campeón acorralado. Pero incluso los más grandes de la historia del deporte a veces están limitados por las leyes inmutables del tiempo y el espacio: la distancia era ya demasiado grande, los líderes parecían demasiado fuertes.
Tras un esfuerzo extenuante de 6 horas, 35 minutos y 20 segundos, Fausto Coppi cruzó la meta en primer lugar, todavía en un halo de garbo, el último hombre en pie. Pantani lo siguió 30 segundos después. Detrás de ellos, rezagados, los restos de la escapada en el Col de la Madeleine, maltrechos pero orgullosos.
(Un inciso: Coppi es un tipo aparte, ¿verdad? Es un artista natural sobre la bicicleta, con la capacidad de superar las pendientes más difíciles sin esfuerzo. Pero no nos engañemos, este tipo es un tipo duro como nadie. Tiene agua helada corriendo por sus venas y un espíritu competitivo que arde más que el sol).
Eddy Merckx, el caníbal que había devorado a todos los que osaban a rebatir su dinastía durante años, entró en la meta lamiéndose las heridas. Su valiente esfuerzo por defender su maillot de líder no había sido suficiente y ahora se encuentra a 2 minutos y 57 segundos de Alberto Contador, de nuevo el primer clasificado. La clasificación general ha dado un vuelco delante de sus narices y las dos etapas del fin de semana definitivo prometen más emociones infartantes.
Porque la carrera todavía se encuentra muy lejos de estar terminada y, como recordamos todos los que hemos presenciado la carnicería de esta decimonovena etapa de la Vuelta Wolcott Field, en el ciclismo, como en la vida, no hay que dar nada por finalizado hasta que las montañas dictan su última palabra.
Velocidad media de la etapa: 33,24 kilómetros por hora.
TOP 15 DE LA ETAPA
Fausto Coppi - 6h 35m 20s
Marco Pantani - 6h 35m 50s (+0m 30s)
Tadej Pogaçar - 6h 36m 35s (+1m 15s)
Vincenzo Nibali - 6h 36m 40s (+1m 20s)
Alberto Contador - 6h 37m 25s (+2m 05s)
Miguel Induráin - 6h 37m 30s (+2m 10s)
Gino Bartali - 6h 38m 20s (+3m 00s)
Perico Delgado - 6h 38m 30s (+3m 10s)
Felice Gimondi - 6h 38m 40s (+3m 20s)
Federico Martín Bahamontes - 6h 38m 45s (+3m 25s)
Luis Ocaña - 6h 38m 50s (+3m 30s)
Roberto Heras - 6h 38m 55s (+3m 35s)
Claudio Chiappucci - 6h 39m 00s (+3m 40s)
Alejandro Valverde - 6h 39m 30s (+4m 10s)
Chava Jiménez - 6h 39m 35s (+4m 15s)
CLASIFICACIÓN GENERAL
Alberto Contador - 99h 29m 47s
Eddy Merckx - 99h 32m 44s (+2m 57s)
Miguel Induráin - 99h 43m 19s (+13m 32s)
Bernard Hinault - 99h 43m 25s (+13m 38s)
Marco Pantani - 99h 45m 37s (+15m 50s)
Fausto Coppi - 99h 50m 08s (+20m 21s)
Tadej Pogaçar - 99h 52m 26s (+22m 39s)
Vincenzo Nibali - 99h 52m 43s (+22m 56s)
Greg LeMond - 100h 00m 13s (+30m 26s)
Richard Virenque - 100h 21m 41s (+51m 54s)
Chris Froome - 100h 27m 46s (+57m 59s)
Sean Kelly - 100h 29m 26s (+59m 39s)
Laurent Fignon - 100h 29m 33s (+59m 46s)
Perico Delgado - 100h 30m 58s (+1h 01m 11s)
Alejandro Valverde - 100h 31m 20s (+1h 01m 33s)
Lucien Van Impe - 100h 35m 01s (+1h 05m 14s)
Felice Gimondi - 100h 50m 00s (+1h 20m 13s)
Jan Ullrich - 100h 52m 10s (+1h 22m 23s)
Stephen Roche - 100h 52m 41s (+1h 22m 54s)
Gino Bartali - 100h 53m 12s (+1h 23m 25s)
Roberto Heras - 100h 53m 35s (+1h 23m 48s)
Claudio Chiappucci - 100h 56m 21s (+1h 26m 34s)
Primoz Roglic - 100h 56m 31s (+1h 26m 44s)
Alex Zülle - 100h 59m 08s (+1h 29m 21s)
Joop Zoetemelk - 100h 59m 58s (+1h 30m 11s)
Laurent Jalabert - 101h 00m 02s (+1h 30m 15s)
Tony Rominger - 101h 01m 09s (+1h 31m 22s)
Nairo Quintana - 101h 06m 37s (+1h 36m 50s)
Raymond Poulidor - 101h 06m 49s (+1h 37m 02s)
Fabio Cancellara - 101h 09m 34s (+1h 39m 47s)
Chava Jiménez - 101h 11m 40s (+1h 41m 53s)
Rik Van Looy - 101h 13m 57s (+1h 44m 10s)
Federico Martín Bahamontes - 101h 14m 32s (+1h 44m 45s)
Jonas Vingegaard - 101h 16m 58s (+1h 47m 11s)
Remco Evenepoel - 101h 17m 28s (+1h 47m 41s)
Luis Ocaña - 101h 19m 36s (+1h 49m 49s)
Francesco Moser - 101h 21m 42s (+1h 51m 55s)
Carlos Sastre - 101h 24m 36s (+1h 54m 49s)
Egan Bernal - 101h 35m 46s (+2h 05m 59s)
Peter Sagan - 101h 37m 06s (+2h 07m 19s)
Jacques Anquetil - 101h 39m 37s (+2h 09m 50s)
Roger de Vlaeminck - 101h 43m 19s (+2h 13m 32s)
Mathieu van der Poel - 101h 43m 28s (+2h 13m 41s)
Gianni Bugno - 101h 47m 31s (+2h 17m 44s)
Tom Boonen - 101h 48m 20s (+2h 18m 33s)
Alfredo Binda - 101h 48m 38s (+2h 18m 51s)
Wout van Aert - 101h 50m 18s (+2h 20m 31s)
Constante Girardengo - 101h 56m 57s (+2h 27m 10s)
Óscar Freire - 102h 08m 37s (+2h 38m 50s)
Louison Bobet - 102h 11m 38s (+2h 41m 51s)