Estado de la Nación (Champions en Lisboa II)
Os dejo la segunda parte del Estado de la Nación sobre el regreso de la Champions League en la final a ocho de Lisboa con el analista sénior en Wolcott Field, Pepe Rodríguez, director del podcast PepeDiario y el mejor comunicador deportivo que existe actualmente en castellano.
(Esta conversación, que tuvo lugar el pasado domingo 26 de julio, ha sido editada y modificada para una mayor comprensión escrita, si bien no se ha alterado en ningún caso su contenido y mensaje)
ENLACE PRIMERA PARTE DEL ESTADO DE LA NACIÓN CHAMPIONS EN LISBOA
Wolcott Field: Como te he dicho antes, quiero detenerme un rato en el Bayern, para mí el máximo favorito al título de la Champions League porque no he visto a ningún equipo jugar mejor y con más consistencia en las últimas semanas antes del parón y, sobre todo, en el regreso a las competiciones ya en plena pandemia. Además de los resultados, al equipo entrenado por Hans-Dieter Flick, una vez recuperada su apuesta por la posesión y una presión defensiva alta para hacerse de nuevo dueño del balón con prontitud, le está funcionando absolutamente todo. Por ejemplo, la incursión de Alaba en el eje central de la defensa obligado, no nos olvidemos, por las lesiones de Sule y de Lucas Hernández. Por ejemplo, la irrupción de Davies en el lateral izquierdo en el hueco dejado por Alaba. Por ejemplo, la autoridad en la medular de Kimmich, instalado por fin en el doble pivote en vez de escorado a la derecha, de largo el mejor centrocampista defensivo de la temporada junto con Casemiro. Por ejemplo, la incidencia de las bandas con Gnabry y Coman. Por ejemplo, la recuperación para la causa de Boateng y, especialmente, de un Müller asistente y finalizador. Por ejemplo, la eterna regularidad con el gol de Lewandowski, autor de 51 tantos en 43 partidos esta temporada. Tras pasearse en el último tramo de la Bundesliga y de la DFB Pokal con una alineación que se puede recitar de carrerilla (Neuer; Pavard -será baja en la Champions por lesión-, Boateng, Alaba, Davies; Kimmich, Goretzka; Gnabry, Müller, Coman; y Lewandowski) y después de estas semanas de inactividad, ¿cómo crees que llega el conjunto muniqués al tramo decisivo de la máxima competición continental? ¿Le ves tú también como máximo favorito?
Pepe Rodríguez: Qué añadir. Lo has dicho todo. Está perfectamente explicado y resumido. Sí que le veo como el máximo favorito. Es el equipo que más ha aunado todas las facetas del juego a la par que el talento de la plantilla, que el talento de ese once que acabas de recitar tú, más la conjunción entre ellos y el estado de forma. El asterisco que hay que poner es ese, el estado de forma. Acabaron hace un mes la competición, veremos cómo llegan, vale. Eso es un asterisco, ahí no tenemos ni idea. Ahora bien, si he de decir una cosa, ya en febrero, antes del parón, ya era el mejor equipo del mundo. No es una cuestión de ahora en el retorno. Ellos ya estaban arrasando desde la llegada de Flick, pero sobre todo tras el parón de Navidad. Después de Navidad eran un equipo increíble. Para mí Kimmich se ha convertido en el mejor mediocentro del mundo ahora mismo. Creo que es el mejor jugador que se planta en el centro del campo de cualquier equipo élite y hace jugar a ese equipo. Goretzka ha entendido muy bien al fin, porque le costó, el juego de Kimmich, que él es el llegador, que él es el bastón, la muleta de Kimmich en el juego corto, en la presión y, sobre todo, el llegador al balcón del área mientras el otro se encarga de dirigir al equipo. Esa pareja es la que ha hecho que todo lo demás funcione. Si antes hablaba de que a la Juve le falta consistencia atrás, que al Barça le falta regularidad, que el Real Madrid duerme un poco los partidos y acaba decantándolo pero no por aplastamiento, que al PSG le falta quizá el colmillo retorcido, que a cada equipo que he dicho le falta algo, al Bayern no le falta nada. Portería, defensa, centro del campo, centro del campo hacia atrás, centro del campo hacia adelante, veteranos arriba que se la saben todas, gente que sabe competir en una semana, goles por un tubo, velocidad en las alas, la importancia, como demuestra el Liverpool, de los laterales en el fútbol moderno con Davies… Lo tiene absolutamente todo. Como decía también antes, la lógica no suele aplicar, pues no aplicará y lo eliminará el primero que se cruce, pero, sobre el papel, qué le falta a este equipo. Absolutamente nada. Es un equipo monumental. A mí me tiene enamorado.
Wolcott Field: El hándicap puede ser que está en la parte del cuadro más complicada apriorísticamente. De hecho, quiero terminar con una teoría tuya con la que yo estoy plenamente de acuerdo. En las últimas semanas tras el regreso de las competiciones futbolísticas en Europa defendiste en tu programa en repetidas ocasiones, especialmente en las primeras jornadas de la Bundesliga tras el retorno, que jugar sin público beneficia a los favoritos, a los equipos que tienen mayor calidad y mejores jugadores. Esta Champions League, sin duda, va a estar condicionada por el hecho de que se va a decidir en una fase final en Lisboa, sin público, en la que el conjunto que quiera alzarse con el título tiene que vencer tres encuentros de primer nivel, todos ellos de eliminatoria, en apenas once días, con lo que una excelente preparación física se antoja imprescindible. ¿Crees que, de acuerdo con tu teoría, los equipos con mayor calidad, esos Bayern, PSG, Manchester City y compañía, siguen partiendo como grandes favoritos o que, en cambio, al ser encuentros entre rivales de un gran nivel más o menos equitativo, el hecho de tener que ganar tres partidos en poco más de una semana y media convierte a esta Champions en una ocasión inmejorable para que se produzca una sorpresa tras otra? O dicho de otra manera, ¿qué crees que nos vamos a encontrar en la fase final lisboeta, en esta manera tan diferente de decidir este año la Champions League?
Pepe Rodríguez: Un poco de ambas. Estoy seguro de que la falta de público y de transferencia emocional desde el público hace que la variabilidad dentro los partidos sea menor y que eso hace que ganen los buenos porque lo que necesitas en un encuentro para que el equipo inferior gane al equipo superior son circunstancias que te saquen del carril, que te saquen de la rutina, que te saquen de la inercia. Cuando no hay esas condiciones y sin público es muy difícil que existan esas condiciones, el mejor equipo tiene las de ganar. Sucede que, en las Champions, todos son de muchísimo nivel, no es como una liga en la que se enfrenta el primero contra el decimocuarto y la diferencia de plantilla y de presupuesto es abismal. Aquí no pasa eso en ninguno de los casos, incluso con los equipos sorpresa, con los Atalanta, con los Leipzig. La diferencia no es tan grande. Mantengo la teoría, porque además es que lo he visto en toda Europa, ya que todos los equipos milagro se han ido cayendo tras la vuelta de la pandemia, el propio Leipzig, el Getafe, el Leicester, la Lazio, pero al ser una competición al sprint, las lesiones que ahora no podemos adivinar, las caídas por un problema muscular que ahora son imposibles de predecir, el fondo de armario, la forma física… Tú antes hablabas de un lado fuerte y de un lado débil del cuadro: el que llegue a la final por el lado de la Juventus, Madrid, Barça, Bayern de Munich, Manchester City, etcétera, vete a saber en qué condiciones llega. Quizá con un par de prórrogas, quizá peleando hasta el final contra alguno de estos rivales de tantísima entidad, quién sabe. Estoy especulando, pero da a uno por pensar que es un camino físicamente duro en contra de lo que pase en el otro que además el que llegue va a llegar con el subidón de estar ante el partido más importante de la historia de ese club. Los otros pueden llegar un poco agotados física y psicológicamente porque vete tú a saber contra el número de copas de Europa que vas a tener que pelear desde cuartos de final en semana y media. No me parece un factor desdeñable en absoluto.
Foto: Agencia EFE
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Suelo escribir siempre con música, así que he decidido que voy a poner alguna de las canciones que ha sonado mientras estaba escribiendo el texto. Como, por ejemplo, ésta: