Desde la lejanía y el desconocimiento personal, parecía tener Michael Robinson, al igual que Andrés Montes, una de las cualidades que más valoro en un ser humano: saber reírse de todo, especialmente de sí mismo. Es, tal vez, la única cualidad que nos permite mirar a la vida con naturalidad, poner en perspectiva, en su contexto mesurado, nuestra existencia, que siempre está en riesgo de romperse por avatares que consideramos agresiones, atentados hacia nuestro ego, cuando en realidad no son más que otras fases de nuestro camino por este mundo. La vida está plagada de vicisitudes. La vida, ya sabéis, lo dijo algún escritor del que ahora no recuerdo su nombre, es dinámica y nunca se detiene por nada ni por nadie.
Destilar buen rollo.
Convertir en sencillo lo difícil.
Disfrutar con nuestro trabajo, con nosotros mismos y con los que nos rodean.
Sonreír a cada paso que damos.
Hacer, como solía decir Andrés Montes, que la vida pueda ser maravillosa.
La idea la conocemos de sobra y es relativamene fácil, pero la mayoría de nosotros fallamos en su ejecución.
Todo el mundo os contará hoy que Michael Robinson, al igual que Andrés Montes, era un genio comunicando. No seré yo el que les lleve la contraria: sus trabajos, sus programas, sus narraciones, están ahí para demostrarlo, desde El día después a Informe Robinson, desde sus inolvidables retransmisiones con Antoni Daimiel en el Plus a No sabes cómo te quiero en Radio Marca. Pero yo os quiero decir otra cosa: nadie me ha hecho disfrutar más viendo o escuchando deporte, nadie me ha transmitido mejor la alegría que el deporte incluye en su esencia, que Michael Robinson y Andrés Montes.
Ese, sin duda, es el gran mérito, el que trasciende, el que convierte a ambos en eternos.
Es, sin duda, el más complicado de conseguir y el más importante.
Saber afrontar cada día con una sonrisa en la boca y la certeza de que, simplemente, hay que dedicarse a vivir.
Descansa en paz, Michael Robinson. Espero que hoy brindes con Andrés Montes.
Con andres montes me he teagado partidos soporiferos de NBA y despues de futbol solo por escucharlo a el y sus historias varias. Trascendia lo q estabas viendo, no he vuelto a ver NBA de la misma manera.
2 gigantes que se fueron demasiado pronto. Referentes, ejemplos de transmitir energía positiva, periodistas que contagian la alegría y las ganas de disfrutar...
Con andres montes me he teagado partidos soporiferos de NBA y despues de futbol solo por escucharlo a el y sus historias varias. Trascendia lo q estabas viendo, no he vuelto a ver NBA de la misma manera.
Ese es, precisamente, su mérito!
2 gigantes que se fueron demasiado pronto. Referentes, ejemplos de transmitir energía positiva, periodistas que contagian la alegría y las ganas de disfrutar...
Y eso es lo importante. Transmitir las ganas de disfrutar