Joe Posnanski: “El deporte es un laboratorio perfecto para grandes historias”
Algún día tenía que comenzar a hacer entrevistas en Wolcott Field y no se me ha ocurrido mejor manera para empezar que entrevistando al mejor escritor de narrativa deportiva de toda la historia, al mito, al referente absoluto, al ídolo, a dios (junto con Enric González), al único e inigualable Joe Posnanski.
Wolcott Field: El otro día escribió que “Es complicado apreciar completamente las emociones de ver béisbol en estos días. Con los recortes extraños, el ruido extraño y falso de la multitud, el distanciamiento social, las nuevas reglas, la preocupación general de que nada de esto debería estar sucediendo, no se puede decir que se SIENTE lo mismo”. Precisamente, una de las cosas que más echo de menos de nuestra vida en Estados Unidos es ir a Wrigley Field con mi mujer, bajar desde nuestra casa paseando, juntarnos con toda la gente en procesión en West Addison Street hasta el ballpark, sentarnos en unos asientos en tercera base y ver el partido, pero ahora cuando veo béisbol por la televisión me pasa exactamente lo mismo que a usted, no lo siento igual. Una vez escribió en una magnífica columna hace ya casi una década que “El béisbol, como la vida, gira alrededor del anticlímax. En muchos sentidos es la belleza de esto”. Me encanta esa definición, me parece perfecta, casi tanto como otra suya, de hace menos tiempo: “El béisbol es aburrido. Y luego no lo es. Y esa es la magia”. En un año tan extraño y complicado como está siendo el 2020, en un año en el que los gestores de la MLB han tomado decisiones tan controvertidas que pueden ser contraproducentes para el futuro de la competición, ¿cómo convencería a alguien para ver béisbol? ¿Qué le diría?
Joe Posnanski: Creo que será difícil convencer a cualquiera de que le dé una oportunidad al béisbol en estos tiempos extraños. Supongo que lo mejor que puedes decir es: “Mira, no está sucediendo mucho más, revisa un partido de béisbol. Quizá te guste”. Pero tienes razón, no se siente lo mismo, no sólo porque no hay aficionados en las gradas, lo que cambia la atmósfera del juego, sino porque puedes sentir la incertidumbre en el aire. Nadie parece saber si deberían estar jugando al béisbol ahora mismo. Algunos jugadores están optando por no participar. Muchos equipos están yendo hacia adelante nerviosamente y sin convicción. Es un momento complicado. Por otra parte, es un momento complicado en todos los ámbitos de la vida y ver a Mookie Betts hacer un lanzamiento extraordinario o ver a Max Scherzer lanzando sigue siendo emocionante.
Wolcott Field: Sobre béisbol John Updike escribió que “Sin embargo, siempre estaremos al acecho, alrededor de una esquina en un bolsillo de nuestro conocimiento de las probabilidades, una esperanza indefendible, y este era uno de los momentos, que de vez en cuando se encuentra en los deportes, cuando una densidad de expectación cuelga en el aire y se saca de la manga un acontecimiento del futuro”. Y Roger Kahn que “Puedes glorificarte en un equipo triunfante, pero te enamoras de un equipo derrotado. Perder después de un gran esfuerzo es la historia del hombre, que nació para el dolor, cuyas canciones más dulces hablan del pensamiento más triste y que, si es un héroe, no hace nada en la vida tan apasionante como dejar de serlo”. Y Philip Roth que “¡Pero no merecen ganar! / ¿Y quién lo merece en este mundo, Roland? ¿Sólo los talentosos, los hermosos y los valientes? ¿Qué hay del resto de nosotros, Champ? ¿Qué pasa con los miserables, por ejemplo? ¿Qué pasa con los débiles y los humildes y los desesperados y los temerosos y los desfavorecidos, por nombrar algunos que vienen a la mente? ¿Qué pasa con los perdedores? ¿Qué pasa con los fracasados? ¿Qué pasa con los jodidos marginados ordinarios de este mundo, que constituyen el noventa por ciento de la raza humana? ¿No tienen sueños, Agni? ¿No tienen esperanzas?”. Son todos ellos ejemplos de una escritura inspiradora, bella, preciosa. Pero no solamente en el béisbol, también sucede con Liebling y el boxeo, con Rick Reilly y el hoyo 12 del The Masters (“No, el mejor hoyo del país es un infernal, maravilloso, aterrador, simple, traicionero, imposible, perfecto, directo a las muelas par 3. Es un hoyo que juegas con un hierro 7, una cuña de arena y ocho semanas de clases de buceo”), con Faulkner en el Kentucky Derby (“Este es el momento, la cumbre, la cima; después de esto, todo es reflujo”) y con muchísimos escritores más, incluso con la mítica frase de Kurt Vonnegut en su breve paso por Sports Illustrated (“El caballo saltó la puta valla”). Según su experiencia, ¿por qué es tan agradecido escribir sobre deporte? ¿Por su dramatismo, que le acerca a la vida? ¿Por qué permite a los escritores expresar emociones, lo que sienten? ¿Por su nostalgia, por qué nos retrotrae a nuestro pasado?
Joe Posnanski: Creo que hay numerosas razones por las que la narrativa deportiva puede ser tan agradecida y abrumadora, pero la principal, creo, es que el deporte es su propio mundo autónomo. Cuando tú vas a Augusta y al The Masters, estás entrando en un reino propio, con una historia y un propósito y una sensación de drama diferente a cualquier otro lugar. Y lo mismo sucede cuando entras en Wrigley Field o en Wimbledon o en el Madison Square Garden. Todas las piezas de una gran narración están ahí. Hay leyendas. Hay desengaños. Hay aplastantes momentos de gracia. Hay héroes y villanos y tienes una audiencia ansiosa que busca ser entretenida, inspirada, enfurecida y abrumada. Es un laboratorio perfecto para grandes historias, creo.
Wolcott Field: Al respecto, me gustaría preguntarle sobre su forma de escribir. Su escritura es muy optimista, suele ver las cosas de forma positiva, y reconozco que esa forma de ver la vida me encanta, pero sus textos me gustan especialmente porque, además de hacer magia con las palabras, están muy bien trabajados. Se nota que ha habido tiempo y dedicación detrás de cada uno de ellos. Creo que es vital para un escritor encontrar su propia voz para poder contar lo que todo el mundo también está contando, tener pasión con el texto que estás escribiendo, también conocer el lenguaje y su uso a la perfección, pero sobre dedicar mucho tiempo previo a la preparación. Para ser escritor hay que leer, mucho, de forma variada y continuamente, y también escribir cada día, igual que su padre fue durante cuarenta años cada día a trabajar a una fábrica o que el mío fue a trabajar otros cuarenta años cada día a una granja de gallinas. ¿Qué importancia, por ejemplo, le concede a la curiosidad en el proceso de escritura? ¿Y a la aspiración? ¿Piensa continuamente que todo lo que ha escrito siempre podría estar escrito todavía mejor?
Joe Posnanski: Diría que la curiosidad y el entusiasmo son los dos elementos más importantes de la escritura. Eso es ciertamente lo que yo he descubierto a través de los años. Cuando hablo con escritores jóvenes, de eso es de lo que hablo todo el tiempo: sé curioso, sé entusiasta y deja que esas emociones te guíen. La mejor escritura con la que me topo presenta a un escritor que hace preguntas fascinantes y busca respuestas con entusiasmo. En cuanto a mí, nunca he escrito una pieza que me haya hecho sentir bien. No es que esté haciendo de menos mi escritura, simplemente siempre pienso que puede, y debería, estar mejor.
Wolcott Field: Uno de los temas recurrentes de sus textos es la relación de los deportistas con sus padres. El hijo que cumple con los sueños que su padre tuvo y que no pudo cumplir es un patrón de conducta recurrente en la historia del deporte. En el béisbol sucede continuamente, pero también ha ocurrido con grandes deportistas, como Tiger y su padre Earl o Agassi y su padre Emmanuel. Usted no encontró su vocación como escritor de narrativa deportiva hasta que estaba en la universidad y de pequeño soñaba continuamente con ser segunda base de los Cleveland Indians, ¿qué queda de aquel chaval cuando escribe? ¿Qué permanece del Joe Posnanski que jugaba al béisbol con su padre en este Joe Posnanski escritor de narrativa deportiva?
Joe Posnanski: Diría que como escritor de narrativa deportiva, siempre soy el niño que jugaba al béisbol con mi padre en nuestro pequeño patio trasero en South Euclid (Ohio) hace muchos años. Estoy seguro de que es por eso por lo que me atraen las historias de padres e hijos. Estoy seguro de que es por eso por lo que trato de encontrar historias con un sentido de optimismo, esperanza y alegría infantil… y nunca intento pensar que sé más de lo que sé. A medida que pasan los años, supongo que cada vez es más difícil mantenerse en contacto con ese chico, pero lo intento.
Wolcott Field: Por cierto, antes de llegar a Charlotte cuando ya estaba en el instituto, usted creció en el área de Cleveland y se hizo aficionado de los citados Cleveland Indians y de los Cleveland Browns, así que me va a perdonar, pero le tengo que hacer esta pregunta: ¿cómo es ser aficionado de un equipo que no gana las World Series desde 1948 y de otro que no ha alcanzado nunca la Superbowl, que desde 1990 únicamente acumula tres temporadas con más victorias que derrotas y que es, junto con Detroit Lions, el único equipo de la NFL que ha acabado una temporada con 0 victorias y 16 derrotas?
Joe Posnanski: Bueno, ser de equipos perdedores definitivamente me formó. Supongo que como escritor de narrativa deportiva, siempre me ha hecho sentirme más fascinado por la derrota que por la victoria. Pero en estos días, creo que ser aficionado de equipos que no ganan, particularmente de los Browns, me permite libertad como escritor de narrativa deportiva. Como estoy seguro que sabes, he estado escribiendo diarios de los Cleveland Browns durante algunos años, y son divertidos de una manera diferente a cualquier otra cosa de lo que hago. En ellos, llego a ser un aficionado que expresa frustración, sorpresa y alegría, aunque casi siempre frustración, a la vista de los lectores. No puedes hacer eso muy a menudo como escritor de narrativa deportiva.
Wolcott Field: Además de por el presente coronavirus, el año 2020 también está marcado en Estados Unidos por las protestas raciales y por la polémica que están suscitando algunos nombres de equipos deportivos, especialmente los que tienen apodos relacionados con los nativos norteamericanos. Usted pertenece a una primera generación de estadounidenses. Sus padres nacieron en la Unión Soviética durante la guerra, vivieron en Polonia e Israel y no llegaron a Nueva York hasta 1963 para después instalarse, primero, en Cleveland, y, después, en Charlotte. Años antes, su abuela Miriam, al contrario de lo que ocurrió por desgracia con su padre, su madre, su hermano y su hermana, se había salvado de morir en el Holocausto porque estaba de vacaciones cuando los nazis invadieron Polonia y pudo huir hasta Siberia. Yo siempre digo que no entendí lo que de verdad significaba el racismo hasta que vivimos en Estados Unidos, en Chicago, en una de las ciudades más diversas, pero también más segregadas. Usted escribe de forma recurrente sobre las Negro Leagues, sobre la importancia para el béisbol de una figura como la de su amigo Buck O’Neil, sobre todos aquellos jugadores afroamericanos que, según sus propias palabras, fueron “gigantes estadounidenses”, y es uno de los promotores de la magnífica iniciativa de Tip your cap para honrar el centenario de la creación de las Negro Leagues. Además, tampoco ha dudado en escribir sobre la polémica de los nombres de las franquicias, de manifestarse a favor del cambio de los citados nombres. ¿Cómo valora estas situaciones? ¿Creé que la sociedad norteamericana está ya preparada para afrontar esta discusión, para reparar errores del pasado y cambiar la perspectiva en el presente?
Joe Posnanski: Tengo, como puedes imaginar, sentimientos muy, muy fuertes al respecto de temas como el racismo y la inmigración y lo que representa la promesa estadounidense… pero también soy consciente de que soy un escritor de narrativa deportiva y, como tal, no siento que sea mi lugar sumergirme en áreas en las que me falta experiencia. Veo lo que sucede con los políticos cuando se meten en deportes y a menudo es una vergüenza y un fiasco. Al mismo tiempo, no creo que “ajustarse solamente al deporte” sea un mandato viable en 2020. Así que hablo donde siento que puedo ser mejor escuchado. Cambiar los nombres deportivos, por ejemplo, se siente mucho en mi lugar y, aunque no creo que sea el problema más importante del mundo, sí creo que esos nombres son irrespetuosos e hirientes y que no tienen nada que ver con el deporte. Obviamente, me siento muy convencido con la historia de las Negro Leagues porque creo que hay muchas lecciones que aprender allí y fue un gran honor formar parte de la campaña Tip Your Cap. No sé cuánto preparada está Norteamérica para la discusión y la tormenta que la acompaña, pero trato de tener esperanzas. Buck solía decir siempre que, aunque hay contratiempos y decepciones y giros terribles, las cosas están mejorando. Creo en el arco de Martin Luther King del universo moral que se dobla hacia la justicia. También recuerdo que Martin Luther King dijo que el arco es largo, más largo de lo que cualquiera de nosotros quiere que sea.
(Continuará…)
ENLACE A LA SEGUNDA PARTE DE LA ENTREVISTA A JOE POSNANSKI
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Joe Posnanski: “Sport is a perfect laboratory for great stories”
Wolcott Field: The other day you wrote that “It’s hard to fully appreciate the emotions of watching baseball these days. With the weird cutouts, the strange and fake crowd noise, the social distancing, the new rules, the general concern that none of this should even be happening, you can’t say that it FEELS the same”. Precisely, one of the things I miss most about our life in United States is going to Wrigley Field with my wife, walking down from our house, meeting all the people in procession on West Addison Street to the ballpark, sitting at the third base seats and watching a game. However, now when I watch baseball on TV, it happens exactly the same thing to me as it does to you, I don’t feel the same way. Once you wrote in a magnificent essay almost a decade ago that “Baseball, like life, revolves around anticlimax. That in many ways is the beauty of it”. I love that definition, it seems perfect to me, almost as much as another yours, from less time ago: “Baseball is boring. And then it isn’t. And that’s the magic”. In such a bizarre and complicated year as 2020, a year in which MLB senior managers have made such controversial decisions that can backfire the future of the competition, how would you convince someone to watch baseball? What would you say to them?
Joe Posnanski: I think it will be hard to convince anyone to give baseball a try in these odd times. I suppose the best thing you can say is, “Look, there isn’t much else going on, maybe check out a ballgame. You might like it.” But you are right, it doesn’t feel the same — not only because there are no fans in the stands, which changes the very atmosphere of the game, but because you can sense the uncertainty in the air. Nobody seems to know if they should be playing baseball right now. Some players are opting out. Many teams are going forward nervously and without conviction. It’s a hard time. Then again, it’s a hard time in all walks of life and seeing Mookie Betts make an extraordinary throw or seeing Max Scherzer pitch is still thrilling.
Wolcott Field: About baseball, John Updike wrote that “Nevertheless, there will always lurk, around a corner in a pocket of our knowledge of the odds, an indefensible hope, and this was one of the times, which you now and then find in sports, when a density of expectation hangs in the air and plucks an event out of the future”. And Roger Kahn that “You may glory in a team triumphant, but you fall in love with a team in defeat. Losing after great striving is the story of man, who was born to sorrow, whose sweetest songs tell of saddest thought, and who, if he is a hero, does nothing in life as becomingly as leaving it”. Philip Roth also wrote “But they don't deserve to be winning!"/"And who does in this world, Roland? Only the gifted and the beautiful and the brave? What about the rest of us, Champ? What about the wretched, for example? What about the weak and the lowly and the desperate and the fearful and the deprived, to name but a few who come to mind? What about losers? What about failures? What about the ordinary fucking outcasts of this world - who happen to comprise ninety percent of the human race! Don't they have dreams, Agni? Don't they have hopes?”. They are all examples of inspiring, beautiful and precious writing. But not only on baseball, it also happens with Liebling and boxing, with Rick Reilly and the 12th hole of The Masters (“No, the best hole in the country is a hellacious, wonderful, terrifying, simple, treacherous, impossible, perfect molar-knocker of a par-3. It's a hole you play with a seven-iron, a sand wedge and eight weeks of scuba lessons”), with Faulkner and the Kentucky Derby (“This is the moment, the peak, the pinnacle; after this, all is ebb”) and with many more writers, including the mythical phrase of Kurt Vonnegut in his brief stint in Sports Illustrated (“The horse jumped over the fucking fence”). From your experience, why is writing about sports so grateful? Because of its drama, what brings you closer to life? Because it allows writers to express emotions, what they feel? Because of its nostalgia and the way it takes us back to our past?
Joe Posnanski: I think there are numerous reasons why sportswriting can be so graceful and overpowering, but the main one, I think, is that sports is its own self-contained world. When you go to Augusta and the Masters, you are entering a kingdom all its own, with a history and a purpose and a sense of drama unlike anyplace else. And the same is true when entering Wrigley Field or Wimbledon or Madison Square Garden. All the pieces of great storytelling are right there. There are legends. There are heartbreaks. There are sweeping moments of grace. There are heroes and villains and you have an eager audience is looking to be entertained and inspired and infuriated and overwhelmed. It’s a perfect laboratory for great stories, I think.
Wolcott Field: In this regard, I would like to ask you about your writing. Your writing is very optimistic, you usually see things in a very positive way and I must admit that I love that way of seeing life but what I especially like, in addition to doing magic with the words, is that you can see all the dedication and time behind your essays. I think it is vital for a writer to find his own voice, to be passionate about the text you are writing, also to know the language and its use perfectly. To be a writer you have to read, a lot, in a varied and continuous way and also write every day, just as your father went to work in a factory for forty years every day or mine who went to work another forty years every day in a chicken’s farm. How important, for example, do you place curiosity in the writing process? And to aspiration? Do you continually think that everything you’ve written could always be written even better?
Joe Posnanski: I would say that curiosity and enthusiasm are the two most important elements in writing. That is certainly what I have found through the years. When I talk to young writers, that’s what I talk about all the time — be curious, be enthusiastic, and let those emotions guide you. The best writing I come across features a writer who is asking fascinating questions and excitedly searching for answers. As for me, I have never written a piece that I felt good about. It isn’t that I am down on my own writing, I just always think it can — and should — be better.
Wolcott Field: One of the recurring themes of your essays is the relationship between athletes and their parents. The son who fulfills the dreams his father had and could not fulfill is a recurring pattern of behavior in the history of sports. In baseball it happens continuously, but it has also happened with great athletes such as Tiger and his father Earl or Agassi and his father Emmanuel. You didn’t find your vocation as a sportswriter until you were in college and as a child you continually dreamed of being second base for the Cleveland Indians. What is left of that kid when you write? What remains of the Joe Posnanski who played baseball with his father in this Joe Posnanski sportswriter?
Joe Posnanski: I would say that as a sportswriter, I am always the kid who played catch with my father in our tiny backyard in South Euclid, Ohio many years ago. I am sure that’s why I am so drawn to stories of parents and children. I am sure that’s why I try to come at stories with a sense of optimism and hope and childlike joy … and try to never think I know more than I know. As the years go on, I suppose it grows harder and harder to stay in touch with that boy, but I try.
Wolcott Field: By the way, before you came to Charlotte when you were in high school, you grew up in the Cleveland area and became a fan of the aforementioned Cleveland Indians and Cleveland Browns, so you’re going to forgive me, but I have to ask this question: what is it like to be a fan of a team that has not won the World Series since 1948 and another that has never reached the Superbowl, which since 1990 has only accumulated three seasons with more victories than defeats and that is, together with Detroit Lions, the only NFL team to end a season with 0 wins and 16 losses?
Joe Posnanski: Well, losing sports teams definitely formed me. I suppose that as a sportswriter, it has made me always feel more fascinated by losing than winning. But these days, I think being a fan of teams that don’t win — particularly the Browns — allows me freedom as a sportswriter. As I’m sure you know, I have been writing Cleveland Browns diaries now for a few years, and they are fun in a way that is different from anything else that I do. In those, I get to be the fan who expresses frustration and surprise and joy — though mostly frustration — in full view of the readers. You don’t get to do that very often as a sportswriter.
Wolcott Field: In addition to the present situation motivated with Covid-19, the year 2020 is also marked in the United States by racial protests and by the controversy that some names of sports teams are raising, especially those that have nicknames related to Native Americans. You belong to a first generation of Americans. Your parents were born in the Soviet Union during the war, lived in Poland and Israel and did not arrive to New York until 1963, after which they settled first in Cleveland and later in Charlotte. Years before, your grandmother Miriam, unlike what unfortunately happened with her father, mother, brother and sister, had been saved from dying in the Holocaust because she was on vacation when the Nazis invaded Poland and was able to flee to Siberia. I always say that I did not understand what racism really meant until we lived in the United States, in Chicago, in one of the most diverse but also most segregated cities. You write repeatedly about the Negro Leagues, about the importance to baseball of a figure like your friend Buck O’Neil, about all those African-American players that, in your own words, were “American giants”, and you are one of the promoters of the magnificent Tip your cap initiative to honor the 100th anniversary of the creation of the Negro Leagues. Also, you have not hesitated to write about the controversy of the names of the franchises, to demonstrate yourself in favor of the change of the mentioned names. How do you value these situations? Do you believe that North American society is prepared to face this discussion, to repair mistakes of the past and change the perspective in the present?
Joe Posnanski: I have, as you might imagine, very, very strong feelings about issues such as racism and immigration and what the American promise represents … but I also am well aware that I am a sportswriter and, as such, do not feel like it’s my place to dive into areas where I lack any expertise at all. I see what happens when politicians wade into sports, and it’s often an embarrassment and a fiasco. At the same time, I don’t believe that “stick to sports,” is a viable command in 2020. So I speak out where I feel like I can best be heard. Changing sports names, for instance, feels very much in my space and while I don’t believe it’s the most important issue in the world, I do believe that these names are disrespectful and hurtful and have no business in sports. I obviously feel very strongly about the story of the Negro Leagues because I believe there are so many lessons to be learned there — and it was such an honor to be part of the Tip Your Cap campaign. I don’t know just how ready North America is for the discussion and the storm that comes with it, but I try to be hopeful. Buck used to always say that even though there are setbacks and disappointments and terrible turns, things are getting better. I believe in MLK’s arc of the moral universe bending toward justice. I also remember that MLK said that arc is long — longer than any of us want it to be.
(To be continued…)
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Suelo escribir siempre con música, así que he decidido que voy a poner alguna de las canciones que ha sonado mientras estaba escribiendo el texto. Como, por ejemplo, ésta: