En Dublín, en la tarde del miércoles 15 de febrero de 1995, a las seis y cuarto hora local, James Eager, un niño de siete años procedente de Kilcoole, una localidad de poco más de 4.000 habitantes situada en el condado de Wicklow, estaba sentado junto a su padre Séamus en la grada inferior oeste de Lansdowne Road, el estadio, construido en 1872 y demolido en 2007, en cuyo emplazamiento se edificó, ya en 2010, el actual Aviva Stadium, que acogerá en una semana la final de la Liga Europea.
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Lansdowne Road, el estadio que dejó a Jack…
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En Dublín, en la tarde del miércoles 15 de febrero de 1995, a las seis y cuarto hora local, James Eager, un niño de siete años procedente de Kilcoole, una localidad de poco más de 4.000 habitantes situada en el condado de Wicklow, estaba sentado junto a su padre Séamus en la grada inferior oeste de Lansdowne Road, el estadio, construido en 1872 y demolido en 2007, en cuyo emplazamiento se edificó, ya en 2010, el actual Aviva Stadium, que acogerá en una semana la final de la Liga Europea.