I. En Firenze, una tarde sofocante y soleada, yo vestía la camiseta oficial de un equipo de baloncesto de la NBA del que omitiré su nombre para poder salvaguardar la necesaria objetividad periodística de este espacio (no se lo digáis a nadie, pero era la insigne elástica verde de los GLORIOSOS BOSTON
Obsesión
Obsesión
Obsesión
I. En Firenze, una tarde sofocante y soleada, yo vestía la camiseta oficial de un equipo de baloncesto de la NBA del que omitiré su nombre para poder salvaguardar la necesaria objetividad periodística de este espacio (no se lo digáis a nadie, pero era la insigne elástica verde de los GLORIOSOS BOSTON