El humanismo detrás del Excel, por Álex Carande
(Este texto corresponde a la sección de Firma invitada, que contiene textos deportivos escritos por amigos de la newsletter; en este caso, de Álex F. Carande, el magnífico analista de béisbol de la página web Dosunosiete)
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El humanismo detrás del Excel es una idea de Pepe Rodríguez que he hecho mía. Como todos deberíamos de hacer con lo que es bueno. Nos iría mejor.
Encapsula perfectamente el aroma que destilan figuras como Theo Epstein. Una aproximación cerebral al deporte, pero sin olvidarnos que, al final, a esto de la pelotita y el bate juegan personas.
Hay que recordar que las últimas Series Mundiales fueron rebautizadas como la Friedman Bowl. Andrew Friedman es el heredero de Theo, y el máximo exponente del modelo de éxito actual. En las Series Mundiales se enfrentaban los Rays, su exequipo, contra los Dodgers, en el que está actualmente.
Iba a escribir este texto desde los números, pero al final ha sido la idea del humanismo detrás del Excel la que me ha puesto delante del ordenador. Por mucho que disfrute analizando cada detalle del deporte hasta la paranoia, sigo siendo aquel niño que pegaba patadas al balón delante de su casa.
No sé si la casa de Sergio, Wolcott Field, es el sitio para soltar palabros como la win probability. Al fin y al cabo no quiero echar a nadie de aquí. Pero allá vamos…
PARA UNA APROXIMACIÓN DIFERENTE AL MUNDO DEL BÉISBOL
Entrevista Joe Posnanski en Wolcott Field (Parte 1 & Parte 2)
En este texto me gustaría poner contexto al número, que guste o no es lo que hay detrás de casi todas las decisiones que se toman hoy en día en un partido de béisbol.
Es así y no va a cambiar.
“Adapt or die”.
Volvamos la vista atrás. Los hechos tuvieron lugar el 27 de octubre del año del COVID en el Dodger Stadium.
El incidente es conocido como “El Snellgate” y se produjo en el sexto partido de las Series Mundiales
Y procedemos a presentar las evidencias del caso.
Por Los Angeles Dodgers intervienen:
Imagen: Pepe Latorre
Por los Tampa Bay Rays intervienen:
Imagen: Pepe Latorre
Las primeras investigaciones, basándonos en la escala de color (siendo rojo lo mejor y azul un indicador de bajo rendimiento), indican una cierta superioridad por parte de los Dodgers, lo cual explicamos con más detenimiento en esta píldora.
Píldora de cómo se construye un lineup MLB
Si hay mucha calidad, importa poco. Vamos, que las ganancias marginales que te otorga la construcción de un lineup es mejor que se manejen con el sentido común.
Esto en los Rays aplica, porque unos Rays sin Randy Arozarena se hubieran quedado en la nada más absoluta.
Pero yendo con los números y sabiendo que en la pelota de hoy el lineup lo hace el departamento de analistas, y no el manager, y me da igual que no guste porque es.
JUGANDO A CONSTRUIR UN LINEUP
Estadísticas que influyen en el orden al bate | Dos Uno Siete
Los mejores bateadores del equipo tienen que batear primero, segundo o cuarto. Matices importantes. El leadoff hitter es, con la matemática en la mano, un concepto bastante tonto. Sólo es leadoff cuando empieza el partido, lo importante es que va a tener más turnos al bate. Es importante que sea un bateador que se embase y evidentemente va a tener menos posibilidades de empujar a corredores en circulación.
Si pones a Mookie de primero, lo haces porque quieres darle a tu mejor jugador más turnos al bate o porque eres los Dodgers y hagas lo que hagas aciertas.
Entre el segundo y cuarto es cuestión no de gustos, más bien de detalles. Pero por hacerlo cortito y al pie, pon al jugador con mejor OBP (embasado) segundo y al que batee más extra bases el cuarto.
Entre el tercero y el quinto no hay grandes diferencias, pero es mejor poner “al bueno” el quinto, porque el tercer bateador de un lineup batea muchas veces en un contexto muy desfavorable, con dos outs.
Este juego se basa en lo que se suele llamar los 24 estados del béisbol. Son los diferentes contextos a los que se enfrenta un bateador. Incluye el número de outs y de corredores en las bases, que si lo combinas todo te dan un número mágico, 24, y una serie de tablas que sería indecente reproducir en una casa respetable como esta.
Hablando de pitchers y relevistas
Imagen: Pepe Latorre
La contraparte son los lanzadores. Por los Dodgers, Julio Urías, el orgullo de Culiacán, y por unos Rays entre la espada y la pared, el ace de las cinco entradas, Blake Snell.
(Dato importante: en 2019 la media de bateadores que enfrenta un pitcher abridor es de 24.5 por 27 en 2010. Estamos hablando de una pérdida de eficiencia por parte de los pitchers).
La analítica mató al as sobre el montículo. Las generaciones de ahora no son como las de antes. No voy a perder mi tiempo en desmentir argumentos simplistas en los que se omite parte del contexto. El sofismo no es un invento reciente.
Pues llegamos al momento de la disputa, sin grandes sobresaltos. Con una mínima ventaja del equipo que enfrentaba la eliminación, con un Arozarena disfrazado de Barry Bonds y una tensión del que sabe que no hay margen de error.
Blake Snell es un pitcher bipolar. Uno muy bueno con armas de ace, pero, señores, nunca enfrenta por tercera vez el lineup. Pero aquí llega el humanismo.
La sensación que transmitía el southpaw era de un absoluto dominio. Conseguía engañar a los bateadores lanzando en la zona sin que le hicieran swing y los bateadores perseguían lanzamientos fuera de la zona. Esto es el ideal del pitcher moderno que se refleja perfectamente en las estadísticas más avanzadas.
LAS MEJORES ESTADÍSTICAS PARA ANALIZAR A PITCHERS EN EL 2020
Análisis de Álex F. Carande en la página web Dosunosiete
Snell había ponchado a nueve, dominado al lineup de los Dodgers y llegaba a la tercera vuelta por el carrusel (loop).
Un suceso extraño acaeció, señorías. Resulta que Austin Barnes, que podemos decir que no es que estuviera dando muchos palos precisamente, batea de línea un sencillo hacia el central con un solo out.
Snell, que hasta ese momento era puro dominio, llevaba sólo, digo sólo porque nunca he lanzado una pelota a 97 millas, 73 lanzamientos.
Ahora tenemos que ponernos en la situación, aislar todas las variables implicadas e intentar entender lo difícil que es un negocio en el que toda la información disponible no sabes si ayuda o abruma.
Nick Anderson, cabeza visible del bullpen de los Rays, fue reclamado por Kevin Cash, manager de los Rays, para hacer el trabajo.
(Dato importante sin aburrir con números: la línea estadística de Barnes era mala. No la pongo porque por la muestra, poco significativa, importa poco. Pero batear noveno en un lineup con DH indica que eres el peor bateador del equipo. Pero Barnes es un peor muy bueno. Un receptor muy atlético capaz de hace daño en las bases).
¿Por qué es esto importante?
Porque si quieres apalancar a buenos jugadores en las bases, la mejor manera es colocarles delante de buenos bateadores en términos de contacto. El HR anota igual, pero un buen corredor en las bases lo es alcanzando tercera base con un sencillo y por eso mismo está el lineup de los Dodgers construido así. Para complicarle la vida al otro equipo.
Seguimos.
En la caja de bateo entraba Mookie Betts, el que guste o no ha cambiado la cara de una franquicia que lo hacía todo bien pero no sabía ganar el último juego, el que siempre se le ha escapado a Billy Beane.
Cash sale del dugout decidido y todos sentimos un escalofrío. Los números nos están privando de la sensación de dominio, del orgasmo que supone ver a un lanzador jugando con las musas del spin rate.
Pero seamos prácticos por un momento y pensemos que nuestro puesto de trabajo dependiera de esa decisión.
Imagen: Pepe Latorre
Los equipos manejan mucha información. Cuando digo esto me río, porque no os hacéis a la idea. No quiero ensuciar el texto con tablas inacabables de las diferentes situaciones que se pueden presentar en un juego. Los equipos construyen las suyas con sus propios nombres, con su contexto.
Esto es una guerra de las galaxias entre cerebritos de Harvard y los jugadores son peones de una partida de ajedrez.
Cash fue consecuente consigo mismo. Tomó una decisión por coherencia personal que posiblemente estaba 51 a 49. Pero es que esta gente está jugando una partida de póker televisada. Y todo jugador de póker sabe que si juega bien a la larga se acaba ganando.
Podemos discutir el meter a Anderson, que no me duele en prendas decir que me parece el mejor relevista del béisbol. Pero todos sabíamos que estaba sin gasolina en el tanque. Porque todos cometemos el mismo error y pensamos que sabemos más que profesionales y lo único que hacemos es buscar nuestro sesgo de confirmación.
Terrorismo del perfeccionismo, 51 contra 49, no hay margen de error.
Foto: Sue Ogrocki / Associated Press
Y aquí llega el humanismo detrás del Excel y el béisbol situacional.
El béisbol es maravilloso porque por mucho que lo estudies, por mucho que intentes controlarlo todo, nunca te va a dejar de sorprender.
Es una puta metáfora de la vida. Puedes hacer lo que toca, darlo todo y perder feo.
Puedes hacer una temporada excepcional como Kevin Cash, y acabar señalado por los críticos desde el sofá.
No tengo ni idea de qué habría hecho yo si hubiera estado en los zapatos de Cash. Lo que tengo claro es que, como buen jugador, no se dejó llevar por los sentimientos y fue con la opción que le daba más oportunidades de ganar.
Criticar esto, dar la vuelta a argumentos que no se pueden confrontar porque entran en el terreno de la creencia y que, por supuesto, sólo faltaba que cada uno no pudiera creer en lo que le dé la gana.
Me gustaría ser como Kevin Cash. Me gustaría tener la coherencia personal para afrontar las situaciones más difíciles de mi vida y jugar la baza que me da más opciones. Nunca he sido capaz.
Igual, sólo me gustaría contemplar una posibilidad. Los Dodgers ganaron porque eran el mejor equipo y la gravedad siguió su curso.
Porque normalmente nos perdemos en explicaciones para parecer más listos y, en realidad, la Navaja de Ockham nos dice que ganó el mejor y es lo que suele pasar.
Al que inventó lo del humanismo detrás del Excel le he robado también esta idea: no vemos deporte para saber quién es el mejor, sino para ver quién gana.
Foto: USA Today
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Recomendaciones
El vídeo sobre la evolución de Lucas Giolito del propio Álex Carande y de Héctor Pérez en el canal de Youtube de Dosunosiete.
Suelo escribir siempre con música, así que he decidido que voy a poner alguna de las canciones que ha sonado mientras estaba escribiendo el texto. Como, por ejemplo, ésta: