El futuro es Disney (Parte 1)
(Este texto corresponde a la sección de Reportajes, que, como su propio nombre indica, contiene reportajes sobre deportistas, clubes o cualquier aspecto relacionado con el deporte)
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En el mes de septiembre del 2008, Abu Dhabi United Group, la empresa de inversión creada ese mismo verano por Mansour bin Zayed Al Nahyan, miembro de la familia real de Abu Dhabi, pagó 210 millones de libras a Thaksin Shinawatra, exprimer ministro de Tailandia, para convertirse en dueña del Manchester City y ser el germen del City Football Group, creado cinco años después y que en la actualidad cuenta con diez clubes, liderados por el propio Manchester City, en todo el mundo.
Desde ese punto de partida, y gracias a la ayuda inestimable de Juan Corellano, periodista de La Media Inglesa, este texto se adentra en la filosofía de esta multinacional balompédica y se pregunta si el City Football Group nos está marcando ya en el presente el camino hacia el futuro de este deporte.
¿Cómo se forma el City Football Group?
Después de que Abu Dhabi United Group comprara en 2008 la empresa matriz, el Manchester City, el siguiente paso para entender al City Football Group, esa multinacional del fútbol que apuesta por la multipropiedad y que en la actualidad es dueña de una decena de clubes, se encuentra en el año 2013, cuando funda el New York City junto con Yankee Global Enterprises, la empresa dueña de los New York Yankees de la Major League Baseball. En total, City Football Group, que tuvo que pagar 100 millones de dólares a la Major League Soccer para poder crear la franquicia, tiene el 80% de las acciones del club neoyorquino.
Apenas unos meses después, en enero de 2014, City Football Group amplió su número de clubes con la compra por 12 millones de dólares del 100% de las acciones del Melbourne Heart, ahora denominado Melbourne City, un club australiano al que pronto, ese mismo año, se le unió en la lista de adquisiciones el Yokohama F. Marinos, si bien, debido a las restrictivas leyes japonesas, City Football Group únicamente posee el 20% de las acciones del club japonés, cuyo dueño mayoritario es la empresa automovilística Nissan.
Tras un momentáneo parón, 2017 fue el siguiente gran año de adquisiciones de clubes para el City Football Group, que compró en Uruguay al Club Atlético Torque, ahora denominado Montevideo City Torque, y en España al Girona FC. En el caso concreto del club gerundense, City Football Group se hizo con el 44% de su accionariado (Pere Guardiola, hermano de Pep Guardiola, compró otro 44%), si bien en la actualidad, tras la entrada en el accionariado con un 35% de Marcelo Claure, dueño del Inter de Miami y del Club Bolívar, las acciones que posee el City Football Group en el Girona FC han aumentado hasta el 47%.
Mientras, los dos años más recientes también han sido productivos para el City Football Group, que ha sumado cuatro clubes más a su lista de propiedades. Primero, en 2019, el Sichuan Jiuniu chino, que compró junto con las empresas UBTECH y China Sports Capital. Después, también en el año 2019, el Mumbai City FC indio, del que adquirió el 65% de las acciones. Más tarde, ya en 2020, el Lommel SK belga, del que es dueño mayoritario. Y, por último, también en 2020, el Troyes AC francés.
En total, diez clubes de fútbol a lo largo de todo el mundo dentro de un engranaje de empresa multinacional que, primero, es legal y, segundo, tampoco es tan anormal en el mundo del fútbol: Red Bull, por ejemplo, cuenta con clubes en Austria, Alemania, Brasil y Estados Unidos. “No creo que sea una revolución, ni mucho menos”, concede Juan Corellano. Y añade: “Al final hay que entender que el City Football Group y los clubes de fútbol a día de hoy son empresas privadas que buscan maximizar sus beneficios económicos y buscan diversificar al máximo sus vías de ingreso para así garantizar una mayor estabilidad de sus negocios. El City Football Group es una empresa privada que intenta ganar más dinero y eso es bastante lícito”.
La diversificación es la clave
De hecho, la necesidad de diversificar para maximizar los ingresos económicos es la clave para entender la apuesta por el fútbol del City Football Group y de sus propietarios, los jeques de Emiratos Árabes Unidos, que cuentan con mucho dinero surgido del petróleo y que están reinvirtiendo ese dinero, diversificándolo en otro tipo de negocios, en un plan diseñado a largo plazo, a futuro, con varias décadas de duración, para cuando se agote el citado petróleo.
En la actualidad, City Football Group está valorado en aproximadamente 5.000 millones de dólares, mientras que, según la revista Forbes, el Manchester City tiene un valor de 2.000 millones de libras. Dicha valoración del club inglés adquiere mayor relevancia si se compara con los 210 millones de libras que Abu Dhabi United Group pagó en 2008 para convertirse en su dueño y si se hace mención a las cuentas de ambas entidades: desde ese año 2008, el Manchester City ha informado de pérdidas antes de impuestos por valor de 695 millones de libras esterlinas, mientras que, desde su creación, City Football Group acumula más de 900 millones de libras esterlinas de pérdidas. Pero, sin embargo, en realidad la inversión, su filosofía de multinacional balompédica, sí que funciona: en 2015, China Media Capital y CITIC Group pagaron 400 millones de dólares a Abu Dhabi United Group por el 13% del accionariado del City Football Group, mientras que, en 2019, Silver Lake, una firma de capital privado con sede en Estados Unidos, pagó 500 millones de dólares al propio Abu Dhabi United Group por el 10% del accionariado.
A Abu Dhabi United Group le queda actualmente el 77% restante de las acciones del City Football Group y también el recelo de una parte de los aficionados en el mundo del fútbol que se hace preguntas. Por ejemplo, ¿será City Football Group una forma legal de lavar dinero? ¿O la estrategia perfecta para que el Manchester City pueda eludir el fair play financiero sin ser castigado? ¿O la propagandística publicidad necesaria para que no se hable del maltrato recurrente a los trabajadores inmigrantes en Abu Dhabi, de su nula implicación en los derechos humanos o de su determinante participación en la sangrienta guerra civil que se vive en Yemen?
“Lavar dinero, categóricamente no, porque el concepto de lavar dinero se atribuye siempre a dinero obtenido de algo ilícito y no creo que sea el caso del grupo del Manchester City. Es dinero perfectamente lícito a través principalmente del petróleo, así que no creo que sea para lavar dinero en ningún caso”, sugiere con rotundidad Corellano antes de adentrarse en la siguiente pregunta: “El fair play financiero actualmente no es un problema, pero sí creo que potencialmente puede ser un gran riesgo. Es un poco enrevesado, pero de alguna manera podrían saltarse el fair play o intentar esquivarlo, de una manera legal, de todas formas. El fair play financiero afecta a clubes a nivel individual y el Manchester City tiene que acometer menos gastos si los subdivide en muchas entidades diferentes. Es decir, ellos quieren formar una gran red de scouting, de captación de talento, por ejemplo, y entonces para ello no lo hacen gastando del dinero del Manchester City, sino acometiendo pequeños proyectos y gastando de las cuentas del Troyes, del Girona, etc.”, explica. Y continúa: “De alguna manera eso podría ser la forma de evitar el fair play financiero, pero evidentemente el grupo del Manchester City ha demostrado que, en concreto para el Manchester City, las formas de eludir el fair play financiero eran a través de contratos de patrocinio de empresas muy vinculadas con los propietarios que se sobrepagaban, que se pagaban por encima del precio del mercado”.
En cualquier caso, lo que Corellano cree es que sí que hay “un componente importante de sportswashing” por parte del régimen de Abu Dhabi, aunque recalca que hay que entender que “el proyecto del City Football Group y del Manchester City es una empresa más dentro de muchísimas que están adquiriendo estos propietarios para diversificar sus negocios y ser menos dependientes del petróleo”. “Ellos saben que la riqueza que ahora tienen del petróleo es finita porque el petróleo es un recurso finito y entonces lo que hacen es emplear ese dinero que ganan detrás del petróleo en otros negocios, concretamente en el fútbol”, analiza. Y concluye: “El fútbol quizá no es un negocio que les haga ganar dinero, todo lo contrario de momento, han invertido muchísimo y no han recuperado tanto, pero sí les da mucha notoriedad, sí les da mucha publicidad e imagen de cara al exterior y eso les puede ayudar en cuanto a sus otros muchos negocios porque para esta gente el Manchester City es uno más dentro de muchísimos”.
Foto: Getty Images
Ferran Soriano y el fútbol como Disney
Si Khaldoon Al Mubarak, presidente del Manchester City y hombre de confianza de Mansour bin Zayed Al Nahyan, es la cara más visible del City Football Group, su proyecto no habría existido sin otro nombre, el de Ferran Soriano, su CEO y principal impulsor e ideólogo.
El exvicepresidente económico del FC Barcelona entre 2003 y 2008 bajo la presidencia de Joan Laporta (Soriano llegó al club azulgrana con sólo 36 años como hombre de negocios y terminó siendo uno de sus grandes modernizadores, viendo el cambio estructural al que se estaba enfrentando el fútbol y estableciendo al FC Barcelona como una marca global) se convirtió en 2012 en el director ejecutivo del Manchester City y, ya en 2013, pasó a ser CEO del City Football Group después de tres años, de 2009 a 2012, como presidente de Spanair, la aerolínea que acabó quebrando bajo su mandato tras no alcanzar un acuerdo para su venta con Qatar Airways (fue absuelto, junto con otros directivos de la citada compañía aérea, por la Audiencia Nacional tras ser condenados en primera instancia a dos años de inhabilitación y a pagar 10.8 millones de euros de multa por no haber presentado el concurso de acreedores a tiempo). Y desde el principio en la ciudad mancuniana, Ferran Soriano pudo desarrollar completamente a su gusto su idea de negocio en el fútbol, una idea que ya había intentado implantar en su etapa en el FC Barcelona, que él mismo ya había dejado escrita en su libro ‘La pelota no entra por azar’ y que, según una comparación también suya, viene a denominarse habitualmente en los medios de comunicación como la Disneylización del fútbol.
Básicamente, la idea de negocio en el mundo del fútbol que defiende Ferran Soriano puede explicarse, toda vez que los ingresos económicos de un club, más allá del dinero de los traspasos, se dividen en tres bloques en igual proporción (un primer tercio con los ingresos generados de los días de partido, un segundo tercio con los ingresos de los derechos televisivos y un tercer tercio con los ingresos en marketing), en la necesidad de crear una marca global que aumente el importe de ingresos de los dos últimos tercios citados aprovechando la ausencia de grandes clubes de fútbol referentes en mercados estratégicos y emergentes (Asia o Estados Unidos, por ejemplo) a través del negocio del entretenimiento. Es decir, lo que lleva décadas haciendo Disney, pero aplicado al fútbol. El propio Soriano desgrana en las páginas de ‘La pelota no entra por azar’ las herramientas para conseguir esa Disneylización del fútbol, unas herramientas entre las que se encuentran mejorar las formas de interactuación de los clubes de fútbol con sus aficionados/clientes en todo el mundo, la distribución de productos en mercados extranjeros (especialmente, los derechos televisivos y el merchandising), la construcción y apertura de academias en países extranjeros o, en efecto, la necesidad de encontrar socios estratégicos en las inversiones y la creación de franquicias en el extranjero para dar a los clubes de élite una presencia permanente en esos mercados. Porque, como recordó Soriano hace apenas un par de meses, la clase media, el entretenimiento, el deporte y, en concreto, el fútbol todavía siguen y seguirán creciendo.
“Es una figura interesante. Es un tipo muy inteligente, que ha sabido moverse muy bien, que tiene mucha experiencia en el mundo del fútbol porque aprendió mucho en esa etapa del Barça”, anticipa Corellano. Y prosigue: “Tiene una vocación claramente enfocada en el plano económico, en el plano del marketing en el fútbol, y en ese sentido ha tenido cosas muy claras desde su etapa en el Barça. Empieza a ver cosas que querría hacer, como crear este supergrupo, este entramado internacional de clubes, entrar en el mercado estadounidense y en el mercado chino, convertir un poco en Disney el fútbol, como un producto de entretenimiento global”. “En el Barça no lo puede hacer porque no tenía tanta libertad, es otro tipo de club, con otra estructura tradicional, con los socios. En el Manchester City tiene carta blanca porque son unos dueños que funcionan rodeándose de gente que controlan mucho y les dan autonomía. Tiene todo el dinero del mundo para hacerlo. En el Manchester City es una persona que ha encontrado el lugar perfecto para lograr su sueño, para realizar todo lo que él tenía en la cabeza. El City Football Group es justo la imagen que Ferran Soriano tenía en su cabeza de lo que sería el fútbol en el futuro. En su libro plasma palabra por palabra todo lo que luego iba a hacer en el Manchester City, pero que no pudo hacer en el FC Barcelona”, sentencia.
Pese a todo, Corellano recuerda que Ferran Soriano “tiene también sus puntos más oscuros, sus puntos grises, porque quien arriesga a veces no gana y pierde, como le pasó en el caso de Spanair, que tuvo una quiebra bastante mala y traumática para muchos trabajadores, en parte responsabilidad de Soriano”. “Es un tipo muy centrado en los negocios. Yo no creo que necesariamente se equivoque en nada, simplemente está llevando a cabo su plan. Es un futuro lógico para el fútbol, muy diversificado”, culmina.
(Continuará…)
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En este texto he utilizado referencias de La Media Inglesa y de The Athletic.
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Recomendaciones
La lista The Outsiders que está haciendo Joe Posnanski en The Athletic.
Podéis dejar vuestras preguntas, sean las que sean, para que yo las responda en los comentarios de este texto o en Twitter e Instagram citándome para que yo las pueda ver. Mi perfil de Twitter es WolcottField y mi perfil de Instagram es wolcottfield13.
Suelo escribir siempre con música, así que he decidido que voy a poner alguna de las canciones que ha sonado mientras estaba escribiendo el texto. Como, por ejemplo, ésta: