(Este texto corresponde a la sección de Historias, que entremezcla efemérides, curiosidades, leyendas, hechos, sucesos, partidos y deportistas a lo largo de una narración)
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I. En 1881 se disputó un partido de fútbol en Edimburgo, concretamente en el estadio Easter Road de Leith, el barrio norteño junto al puerto de la capital escocesa que más de cien años después se convertiría en mundialmente conocido por una novela en la que sus jóvenes protagonistas se dedicaban a ver pasar los trenes por la estaciones (aunque si habéis leído el libro o habéis visto la película ya sabréis de sobra que el trainspotting de esos jóvenes tenía poco en común con la afición de ver a los trenes pasar). En realidad, no se trató de un partido de fútbol cualquiera: se enfrentaron jugadoras escocesas e inglesas y estuvo protagonizado por el Mrs. Graham XI, el equipo creado por Helen Graham Matthews y que ahora honramos como el primer equipo de fútbol femenino de la historia. Ese conjunto, de hecho, fue el preludio de otro equipo que, una década después, fue creado por Nettie Honeyball en Crouch End, en esta ocasión al norte de Londres, y en el que también participó la propia Helen Graham Matthews. Esa escuadra se llamó el British Ladies’ Football Club y podemos catalogarlo como el primer equipo de fútbol femenino del mundo realmente popular: en 1895 empezó a jugar partidos de exhibición y en esos encuentros logró reunir a multitudes de más de 10.000 espectadores por toda Inglaterra.
Sin embargo, la atracción que despertó ese conjunto ni siquiera es comparable a lo que ocurrió unos años después con el Dick, Kerr Ladies.
Sucedió durante la I Guerra Mundial. Los hombres jóvenes británicos fueron mandados como soldados al frente y las mujeres jóvenes británicas les sustituyeron en las fábricas, donde fabricaron los proyectiles para las batallas. Por eso, a esas jóvenes se las denominó munitionettes, aunque también eran conocidas como las “canary girls” por el tono amarillento de su piel provocado por su permanente exposición a los productos químicos. Allí precisamente, en esas fábricas convertidas en fábricas de armamento, comenzaron a surgir numerosos equipos de fútbol femenino, de la misma manera que los primeros equipos de fútbol masculino habían surgido a finales del siglo XIX también alrededor de las fábricas inglesas.
El Dick, Kerr Ladies, con sus equipaciones de rayas blancas y negras, fue el mejor de esos nuevos equipos femeninos.
Fundado en 1917 en la fábrica Dick, Kerr and Company de Preston, que empezó siendo una fábrica de tranvías y material rodante ligero para convertirse durante la I Guerra Mundial en una fábrica de municiones, el Dick, Kerr Ladies disputó su primer partido ante el Arundel Coulthards Foundry el día de Navidad de ese año 1917 en el Estadio de Deepdale, en la propia Preston. Entrenadas por Alfred Frankland, ganaron por 4-0 delante de 10.000 personas y recaudaron 600 libras para los soldados del Hospital Militar de Moor Park. Esas fueron dos constantes en la historia de ese conjunto femenino, que entre 1917 y 1925 recaudó más de 70.000 libras para excombatientes, hospitales y niños pobres, y que fue vencedor de siete copas de plata y de tres juegos de medallas de oro (en 1918 se creó en el noreste inglés la Copa Munitionettes, la primera competición de fútbol femenino organizada en Inglaterra, que contó con una fase de grupos y una ronda eliminatoria y a cuya final, en mayo, asistieron 22.000 aficionados en el Ayresome Park, el estadio que tenía el Middlesbrough antes del actual, el Riverside Stadium). Y que, sobre todo, se convirtió, ya con el final de la I Guerra Mundial, en el equipo más famoso de toda Inglaterra.
No en vano, en marzo de 1919, más de 35.000 personas se dieron cita en St. James’ Park para verlas jugar contra el Newcastle United Ladies.
Y en 1920 jugaron en el citado estadio de Deepdale el primer partido de fútbol con iluminación de la historia de Inglaterra.
Y en el Boxing Day de ese mismo año consiguieron juntar a más de 53.000 personas (y a otras más de 10.000 personas que no pudieron entrar) en Goodison Park en su partido contra el St. Helens, en el encuentro más importante de la historia del fútbol femenino en Inglaterra que vencieron por 4-0 y en el que recaudaron 3.115 libras en taquillas.
Y también estuvieron de gira por Francia (en el Stade Pershing de París las vieron 22.000 personas) y, ya en 1922, por Estados Unidos, donde se enfrentaron a los mejores equipos masculinos del país (nueve partidos; tres victorias, tres empates y tres derrotas).
En total, hasta su desaparición en 1965, el Dick, Kerr Ladies, que luego pasó a llamarse Preston Ladies, disputó un total de 833 partidos, de los que ganó 759. Además, las jugadoras del Dick, Kerr Ladies anotaron más de 3.500 goles.
Por cierto, alrededor de 1.000 de esos goles fueron marcados por Lily Parr.
II. La leyenda de Lily Parr nos cuenta que es probable que nunca haya existido una jugadora igual sobre un terreno de juego. Extremo izquierdo, nacida el 26 de abril de 1905 en St Helens, Lily Parr se unió al Dick, Kerr Ladies con 14 años, en 1919, después de realizar una soberbia actuación en un partido contra ellas. Acto seguido, se mudó a Preston y empezó a trabajar junto a las demás en la fábrica Dick, Kerr and Company. También, por supuesto, a jugar en su equipo de fútbol, a cambio de un sueldo compuesto por cigarrillos Woodbine, como si fuera una de aquellas chicas de la fábrica de esa canción de Flogging Molly que mataban el tiempo y aspiraban el humo de esa marca de tabaco mientras cantaban a coro por las calles bebiendo sus coca-colas. En su caso, también marcando goles (en su primer año, cuando tenía apenas 14 años, ya anotó 43 tantos), uno tras otro, con un disparo extremadamente poderoso. “Tenía una patada como una mula. Era la única persona que conocía que podía levantar una pelota muerta, la vieja y pesada pelota de cuero, desde la banda izquierda hacía mí por la derecha y casi noquearme con la fuerza del tiro”, reconoció Joan Whalley, una de sus compañeras de equipo.
Sirva este ejemplo para demostrarlo: una vez en un partido de las Dick, Kerr Ladies en Chorley, un hombre la desafió a una tanda de penalties. Lily Parr aceptó y cuando lanzó su pena máxima lo hizo tan fuerte que le rompió el brazo.
Mucho tiempo después de aquella anécdota, Lily Parr se retiró con 46 años, en 1951, 32 años y casi 1.000 goles después de su debut con las Dick, Kerr Ladies.
III. En 1918 se aprobó en Inglaterra el voto para las mujeres, pero solamente para aquellas que habían cumplido 30 años o más, es decir, aproximadamente el 40% de la población femenina del país en ese momento.
Tres años después, en 1921, había en funcionamiento alrededor de 150 equipos de fútbol femenino, con el Dick, Kerr Ladies como máximo exponente.
Ese mismo año, el 5 de diciembre, en una reunión de su consejo celebrada en Holborn, un barrio en el centro de Londres, la Football Association prohibió la práctica del fútbol femenino en todos sus estadios y campos. Oficialmente, la FA argumentó que se trataba de una cuestión de dinero después de haber recibido quejas sobre la apropiación de los ingresos de las entradas de los partidos de fútbol femenino. El máximo organismo del balompié inglés consideró, en resumen, que el fútbol femenino no había destinado suficiente dinero a la caridad. En su resolución, además, expresó su “firme opinión de que el fútbol es bastante inadecuado para las mujeres y no debe fomentarse”.
La prohibición al fútbol femenino de la Football Association en Inglaterra duró exactamente 50 años, hasta 1971, dos años después de que se creara la Women’s Football Association y en el mismo año en el que se disputó la primera Copa FA femenina, ganada por el Southampton. En ese año también se celebró la segunda Copa del Mundo femenina, todavía sin el reconocimiento de la FIFA. Se jugó en México y más de 100.000 personas presenciaron en el Estadio Azteca la final en la que Dinamarca goleó al combinado anfitrión por tres a cero. Inglaterra también participó con un combinado no oficial y un año después, en 1972, la selección femenina inglesa disputó su primer partido internacional oficial contra Escocia.
Ya en 1993, la Football Association pasó a controlar, además del fútbol masculino, también el fútbol femenino de Inglaterra.
Unos años más tarde, con la llegada del siglo XXI, en 2002, Lily Parr se convirtió en la primera mujer en ser incluida en el Salón de la Fama del fútbol inglés.
Mientras, el 22 de diciembre de 2017 se inauguró en una esquina de Deepdale, el estadio de fútbol del Preston North End en el que tuvieron prohibido jugar durante medio siglo, cerca de la estatua a Tom Finney, un monumento de granito de más de tres toneladas de peso, seis metros de altura y cuatro metros de ancho con motivo del centenario del primer partido de la historia del Dick, Kerr Ladies, aquel encuentro contra el Arundel Coulthards Foundry que presenciaron más de 10.000 personas el día de Navidad del año 1917.
La frase que acompaña a ese monumento al Dick, Kerr Ladies, a Lily Parr y a aquellas jugadoras que llenaron campos de fútbol y que luego desafiaron durante décadas la prohibición de la Football Association (en parques públicos y con muchísimo menos público presenciando sus partidos), es especialmente bonita: “Resplandecieron durante algunos tiempos terribles de nuestra historia, trajeron alegría y orgullo a un país devastado por la guerra”, dice.
Y la placa de ese monumento sentencia: “Nunca volveremos a ver a otras como ellas”.
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En este texto he utilizado referencias de Great British Railway Journeys, The Athletic y The Guardian.
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Recomendaciones
El texto de Juanma Rubio y Alberto Clemente en Diario As sobre la rivalidad entre los Boston Celtics y Los Angeles Lakers.
Suelo escribir siempre con música, así que he decidido que voy a poner alguna de las canciones que ha sonado mientras estaba escribiendo el texto. Como, por ejemplo, ésta:
Maravilloso texto Sergio......