El futuro es Disney (Parte 2)
(Este texto corresponde a la sección de Reportajes, que, como su propio nombre indica, contiene reportajes sobre deportistas, clubes o cualquier aspecto relacionado con el deporte)
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(Aquí puedes leer la parte 1 de este reportaje)
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Los beneficios económicos son obvios
En efecto, los beneficios económicos de la idea de negocio de Ferran Soriano son obvios: gracias a la filosofía multipropiedad de esa multinacional llamada City Football Group, el Manchester City es una marca global que está presente en todos los mercados, que consigue sinergias comerciales y que atrae aficionados, inversores, patrocinios y posibles giras estivales para el club mancuniano.
De hecho, algunas de las adquisiciones de clubes llevadas a cabo por el City Football Group a lo largo de estos años únicamente se deben entender desde un punto de vista económico, de potenciación de marca, y no deportivo: por ejemplo, el New York City, el Sichuan Jiuniu y el Mumbai City FC son clubes de Estados Unidos, China e India, respectivamente, tres mercados estratégicos para el City Football Group debido a su alto volumen de población (Estados Unidos, China e India son los tres países más poblados del planeta y aglutinan entre sus fronteras al 40% del total de la población mundial).
“En eso son bastante pioneros. En general, creo que Mansour y toda la gente de la que se ha sabido rodear son gente que te puede gustar más o menos, pero que son profesionales, que se han rodeado de muy buena gente que tiene mucha experiencia en el sector. Son gente que llevan muy bien toda la parte de los negocios”, concuerda Corellano. Y profundiza: “Al Manchester City lo han mejorado en todos los niveles, no sólo en el futbolístico, también a nivel administrativo, organizativo, en la academia. Son gente muy profesional y son conscientes, y han estado rápidos, de que hay mercados emergentes en Estados Unidos y en Asia e intentan estar presentes. ¿De ahí a que se vaya a materializar algo? Son mercados emergentes para bien y para mal, todavía no está demostrado que vayan a ser fuentes de ingresos estables. Yo creo que simplemente es una especie de obligación, de que hay que estar en estos lugares porque son potenciales fuentes de ingresos. Desde el punto de vista económico, me parece una decisión muy inteligente”.
Sin embargo, Corellano considera que el proyecto del City Football Group está en una fase “muy iniciática”. “Tienen mercados, como el de China, en el que todo su desarrollo está muy parado. Ahora mismo en China tienen un equipo muy modesto en divisiones inferiores que no tiene visos de ser una gran cosa en el futuro. Concretamente, la penetración en el mercado asiático les está costando. En Yokohama, por temas de legislaciones en Japón, solamente tienen un 20% del Yokohama Marinos. Muchos de estos mercados son mercados incipientes y es una apuesta que puede salir muy bien o que puede salir simplemente mal”, explica. Y especifica: “Hay que hacer una diferenciación muy grande, no todos los clubes que compra el Manchester City los quiere para lo mismo. Por ejemplo, el Manchester City en China está muy interesado en tener un equipo para acceder al mercado asiático de aficionados y de consumidores, pero, por ejemplo, en el Girona está interesado en tener un equipo europeo de bastante buen nivel para temas de captación de talento y de desarrollo de futbolistas jóvenes. Como en el Premier League no hay un sistema de filiales busca equipos B, que es una cosa que Ferran Soriano siempre ha reclamado mucho, equipos menores en Europa a los que puede ir cediendo a sus futbolistas jóvenes para que se fogueen e inventarse ellos esa forma de equipos B. Además con el Brexit esto les va a ayudar bastante por las nuevas restricciones que hay de futbolistas”.
Por ello, Corellano recuerda que “todavía no hay grandes resultados” en el City Football Group. “Todavía no han hecho grandes ventas por grandes sumas de dinero por futbolistas que ellos hayan conseguido a través de esta red de captación de talento. Tampoco han accedido a grandísimos mercados. Por eso, estamos viendo las primeras cosas interesantes, por ejemplo, que hayan conseguido unos socios chinos que compren parte del accionariado del City Football Group y que con eso estén financiando esa operación. También han conseguido que Silve Lake compre parte del accionariado por muchos millones y esté financiando parte del proyecto. Están consiguiendo dinero y captación de talento, pero en una fase muy inicial”, insiste.
Foto: Matt McNulty / Getty Images
A nivel deportivo, muchas dudas
No en vano, Corellano delimita con sus declaraciones anteriores las grandes dudas que genera el proyecto del City Football Group y que se sitúan todas en el ámbito estrictamente deportivo.
Por un lado, es innegable que la existencia de una multinacional como City Football Group, que audita todos los clubes que compra e implementa procesos y estándares surgidos desde el Manchester City que todos los demás clubes del grupo deben cumplir, tiene ventajas en el aspecto deportivo, especialmente en términos de componer una estrategia deportiva uniformada y de ahorrarse costes en general (tanto en el funcionamiento del grupo como en los profesionales que lo componen) y, más en concreto, costes en traspasos. De hecho, City Football Group dispone de muchos jugadores que puede mover a su gusto entre sus equipos (un ejemplo: a Messi le ofrecieron en verano un contrato de tres años con el Manchester City y de otros dos años más con el New York City), ya sea, como dijo Corellano antes, para paliar la ausencia de un sistema de filiales en Inglaterra o los problemas para fichar jugadores jóvenes que no cumplen los requisitos para recibir el consiguiente permiso de trabajo ahora con el Brexit o, por otro lado, para poder desarrollar el talento de esos jugadores jóvenes en busca de conseguir uno de los siguientes objetivos: nutrir con esos jugadores al primer equipo del Manchester City de Pep Guardiola o vender a esos jugadores a otros clubes fuera del grupo para poder sacar un beneficio económico.
Sin embargo, la teoría (el propio Manchester City considera como su filial a equipos como el Girona, al que le ha cedido más de una quincena jugadores desde 2016) suena, actualmente, exponencialmente mejor que la práctica: según un estudio de The Athletic, el 36% de los jugadores que han llegado al City Football Group desde 2013 se han ido gratis, mientras que el citado grupo únicamente ha obtenido ganancias por el 7% de esos jugadores. En total, según ese mismo estudio, en todos esos años el City Football Group tiene unas pérdidas de 420 millones de libras en el intercambio de jugadores, si bien casi todas esas pérdidas se corresponden con el Manchester City, ya que los otros nueve clubes del grupo tienen un beneficio neto en conjunto de 19 millones de libras esterlinas.
Y, además, prácticamente ninguno de los jugadores fichados por el grupo para otros de sus clubes ha conseguido encontrar un hueco fijo en el club referente, el Manchester City.
“Todavía está por demostrar [el beneficio deportivo]. Es cierto que la captación de talento económicamente tiene más sentido que desde el punto de vista deportivo”, mantiene Corellano. Y explica: “Lo vemos en casos como el de Aaron Mooy, que sí que ha ido pasando por diferentes clubes de las ramificaciones del City Football Group y, finalmente, con su definitiva venta, sí que se consiguió un beneficio económico que de alguna manera te sirve para financiar estas redes, esta red de scouting para redecaptación de talento que están montando a lo largo y ancho del mundo”.
“Realmente, a nivel de conseguir futuras estrellas que finalmente vayan a llegar al Manchester City está muy complicado. Se me ocurre el caso de Harrison, ahora en el Leeds, que es un futbolista muy válido por el que seguramente van a sacar dinero, pero que nunca va a tener talento suficiente para llegar al Manchester City de Guardiola porque encontrar hueco en esa plantilla es muy difícil”, añade. Y finaliza: “Veo complicado, al menos en el corto plazo, que haya futbolistas que empiecen desde abajo en clubes menores y finalmente lleguen a la joya de la corona, que es el Manchester City. Sin embargo, sí que les puede convenir como lo están haciendo ahora, para tener un buen elenco de futbolistas e ir moviéndolos para ver qué tal funcionan. Al final donde se saca el dinero en el fútbol es de los traspasos y las transferencias y yo creo que va a estar muy destinado a conseguir dinero por futbolistas que no tienen el nivel del Manchester City, pero que son interesantes”.
El City Football Group nos señala el futuro
Por ello, Corellano considera que la filosofía de negocio del City Football Group “es una tendencia que vamos a ver bastante en el futuro”. “Nos abocamos hacia esto con y sin el modelo del Manchester City. Esto es un modelo que proponen ellos, que se basa mucho en la expansión y en controlar muchos clubes, en tener una red muy grande, pero igualmente vamos a llegar ahí”, avisa. Y razona: “El fútbol, desde que alrededor de los ochenta y los noventa los clubes empiezan a dejar de ser clubes y se convierten en sociedades anónimas y comienza a entrar más dinero a través de las televisiones, se vuelve más elitista y hay un proceso de concentración de mucho dinero y mucho poder en manos de unos pocos, cada vez más. Esto sucede en Europa, donde los grandes clubes quieren más dinero de la UEFA por participar en la Champions League y siempre lo consiguen. Esto pasa en las ligas, en las que los clubes más grandes quieren cobrar más por las televisiones que los clubes pequeños y lo consiguen. Y al futuro al que nos abocamos es a que haya veinte o veinticinco grandes equipos en el mundo que lo controlen todo”.
“Vamos hacia el futuro de los superclubes en detrimento de los clubes locales pequeñitos con historias curiosas que es lo que a muchos nos gusta”, insiste. Y continúa: “Desvirtúa mucho lo que se ha concebido del fútbol hasta ahora. Concentración de mucho poder en manos de unos pocos. Al final, si seguimos en esta línea al futuro que estamos abocados es a que haya veinte o veinticinco grandes superclubes en el mundo que lo controlen todo. Es una pena porque lo que a muchos nos gusta del fútbol es que haya equipos pequeños de localidades pequeñas con su afición, con su historia, y todo esto va a pasar a segundo plano si la dialéctica de los supergrupos que intenta imponer esta gente acaba triunfando”. “La desventaja es para ese componente local del fútbol. En ese sentido se desvirtúa todo un poco. Por ejemplo, clubes como el Troyes o el Girona se pueden ver un poco desenraizados de toda esa base local si de repente se convierten en una especie de miembro de una cadena. Es prácticamente como ser un establecimiento más dentro de una cadena gigante, otra sucursal de Starbucks, por resumirlo muy llanamente y con muy poca precisión. Desvirtúa mucho la vinculación con una localidad de un club de fútbol”, concluye.
Y sentencia: “Es un poco la idea que transpira no sólo del Manchester City, sino de la famosa Superliga europea. Es un futuro en el que habrá grandísimos equipos, pero todos los demás pasarán a importar muy poco. Cada uno tiene que escoger y defender el fútbol que quiere tener en el futuro. Es muy lícito defender eso, pero también es muy lícito querer lo otro”.
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En este texto he utilizado referencias de La Media Inglesa y de The Athletic.
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Suelo escribir siempre con música, así que he decidido que voy a poner alguna de las canciones que ha sonado mientras estaba escribiendo el texto. Como, por ejemplo, ésta: