El himno nacional
(Este texto corresponde a la sección de Historias, que entremezcla efemérides, curiosidades, leyendas, hechos, sucesos, partidos y deportistas a lo largo de una narración)
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I. Nacido en Marion (Indiana) y graduado en el Instituto Rampart de Colorado Springs (Colorado), Jeff King fue elegido en la ronda 23 del draft de 1983 por los Chicago Cubs, pero decidió no firmar el contrato y jugar en la Universidad de Arkansas para convertirse durante los tres años en los que permaneció allí en uno de los mejores jugadores de su historia, en un beisbolista legendario. No en vano, King todavía se mantiene como el bateador de la Universidad de Arkansas con un tercer mejor promedio de bateo (.372) y también como el jugador de dicha universidad con mayor número de carreras impulsadas en una temporada después de lograr 82 carreras impulsadas en el año 1985, una campaña en la que los Razorbacks alcanzaron las College World Series especialmente por el desempeño destacado de su estrella: 93 hits, 26 dobles y 17 home runs, además de las citadas 82 carreras impulsadas. En ese curso, King fue seleccionado en el conjunto ideal de esas College World Series en las que su equipo venció a South Carolina y Stanford para alcanzar las semifinales por segunda vez en la trayectoria del programa, un honor para el beisbolista de Indiana que hay que unir a sus tres selecciones como All-American en 1984, 1985 y 1986, sus dos selecciones como All-Southwest Conference y sus otras tantas selecciones en el equipo All-Tournament de la propia Southwest Conference.
Por ello, no parece nada extraño que en el mes de junio de 1986, en la vigesimosegunda edición del draft de la Major League Baseball, los Pittsburgh Pirates le escogieran con su elección inicial, la número 1 en general del citado draft.
II. Tres años después, Jeff King debutó en Las Mayores con el conjunto de Pittsburgh y se estableció en el cuadro interior de su defensa, sobre todo en la posición de tercera base, y como habitual quinto bateador de la alineación titular de un conjunto que contaba con bateadores de la talla de Bobby Bonilla, Andy Van Slyke y, especialmente, el inigualable Barry Bonds, y que se alzó con el título en la División Este de la Liga Nacional durante tres temporadas consecutivas, en los años 1990, 1991 y 1992, y disputó las Series de Campeonato de la citada Liga Nacional en dos de esas tres temporadas. Sin embargo, la mejor campaña de King en los Pirates fue en 1996, año en el que acabó con 160 hits, 30 home runs y 111 carreras impulsadas justo antes de ser traspasado a los Royals.
Tras el cambio de equipo, en sus dos primeras temporadas en Kansas City, King pasó a jugar en defensa en la primera base y en ataque mantuvo su sobresaliente nivel al bate (especialmente en la primera campaña con 129 hits, 28 home runs y 112 carreras impulsadas), sin embargo, el 23 de mayo de 1999, cuando ni siquiera se habían disputado dos meses de su tercera campaña en los Royals y pese a encontrarse en plena racha tras haber logrado al menos un hit en los últimos seis partidos que había disputado, el jugador nacido en el estado de Indiana comunicó de manera sorprendente su retirada a los 34 años de edad. King, que renunció a los tres millones de dólares que le quedaban de su salario, arrastraba por aquel entonces molestias discales, si bien especificó en su rueda de prensa de despedida que los problemas en su espalda no eran el motivo principal de su adiós definitivo. “Mi cabeza está aquí, mi corazón no”, dijo. Y añadió: “Creo que simplemente ha llegado el punto en el que, por mucho que lo deseaba y lo esperaba, mi corazón no estaba totalmente comprometido”.
En esa última campaña, King disputó apenas 21 partidos en los que logró tres home runs y once carreras impulsadas para dar por finalizada una notable trayectoria profesional que se alargó durante once temporadas y 1.201 partidos en los que obtuvo una media de bateo de .256, 154 home runs y 709 carreras impulsadas hasta que ese citado 23 de mayo, tan sólo dos días después de disputar su último encuentro, una derrota en el Kauffman Stadium de Kansas City delante de 29.547 espectadores contra los Seattle Mariners (2-5), dijo hasta nunca al béisbol profesional.
III. Pregunta beisbolística en la categoría de deporte para llevarse el quesito naranja: tras Willie McCovey y Andre Dawson, ¿quién fue el tercer jugador de béisbol de los cinco que lo han logrado en toda la historia (además del protagonista de la pregunta, Álex Rodríguez y Edwin Encarnación son los dos que faltan en esa lista) en conseguir dos home runs en la misma entrada dos veces a lo largo de su trayectoria profesional?
Sí, claro, fue Jeff King.
Primero, el martes 8 de agosto de 1995 delante de 9.596 espectadores en el extinto Candlestick Park de San Francisco, King bateó dos veces a las gradas los lanzamientos de Sergio Valdez y Terry Mulholland en la segunda entrada de la victoria de los Pirates contra los Giants (5-9).
Después, menos de un año más tarde, el martes 30 de abril de 1996 delante 16.243 espectadores en el también extinto Riverfront Stadium de Cincinnati (que, debido a motivos de patrocinio, por aquel entonces se denominaba Cinergy Field), King volvió a batear dos veces a las gradas los lanzamientos de John Smiley y Tim Pugh en la cuarta entrada de la victoria de los Pirates contra los Reds (7-10).
IV. Tony Muser, antiguo marine y mánager de los Kansas City Royals entre 1997 y 2002, solía contar una historia sobre Jeff King. Según él, un día se escandalizó al escuchar a su jugador protestar sobre el himno nacional de Estados Unidos. Sin embargo, el propio King se lo explicó: “Cada vez que tocan esa canción, yo tengo un mal día”, le dijo.
En efecto, el beisbolista profesional Jeff King odiaba con todas sus fuerzas jugar al béisbol.
Por eso, su retirada espontánea, que muchos consideraron como sorprendente, quizá no fuera más que un adiós razonado y premeditado desde hacía muchísimo tiempo: aquel 23 de mayo de 1999, fecha en la que Jeff King anunció su despedida, era justo el día después de que su pensión como exjugador de Las Mayores quedó completamente establecida.
“Lo mejor que puedo decir es que a Jeff King no le gustaba jugar al béisbol. Nunca recuerdo haber visto a un jugador que pareciera tan miserable sobre un diamante de béisbol”, escribió hace años Joe Posnanski. Y continuó: “En general, parecía que prefería estar en cualquier otro lugar del mundo”. “Él solamente quería irse a un rancho y vivir una vida tranquila lejos de la locura”, sentenció.
Hay otra anécdota del propio Posnanski que ilustra a la perfección esas últimas afirmaciones: Mike Sweeney, compañero de King en los Royals, le gastó una vez una broma. Le llamó por teléfono y le dijo: “Hola, Jeff, soy Joe Posnanski, del Kansas City Star. Solamente quería preguntarte unas pocas preguntas sobre béisbol”.
Y nada más escucharlo, Jeff King le colgó.
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En este texto he utilizado referencias de Pitchers & Poets.
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Suelo escribir siempre con música, así que he decidido que voy a poner alguna de las canciones que ha sonado mientras estaba escribiendo el texto. Como, por ejemplo, ésta: