El pionero
(Este texto corresponde a la sección de Historias, que entremezcla efemérides, curiosidades, leyendas, hechos, sucesos, partidos y deportistas a lo largo de una narración)
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I. A finales de la década de los noventa, la situación económica del Chester City Football Club, presidido por el promotor inmobiliario Mark Guterman, era insostenible: las órdenes de liquidación y las amenazas de huelga de los jugadores por salarios impagados se convirtieron en recurrentes. Por ello, en octubre de 1998, el club inglés se declaró en suspensión de pagos y pasó a ser gestionado por un administrador. Sus aficionados lograron recaudar 100.000 libras para hacerse con el 30% del club en un intento de salvarlo, pero la teórica salvación llegó desde fuera: el 19 de julio de 1999, Terry Smith compró el Chester City Football Club y se convirtió en el primer estadounidense de la historia en ser dueño de un club de fútbol inglés.
II. Nacido en 1959, Terry Smith es el hijo de Gerald, un rico hombre de negocios que consiguió su patrimonio a través de una empresa de concesionarios de coches en North Carolina y un par de criaderos de caballos purasangre de carreras en Florida. Por su parte, el propio Terry destacó pronto en el deporte, llegando a jugar al fútbol americano y al béisbol durante dos años en la Universidad de Cornell antes de ser transferido a la Universidad de Furman, donde se convirtió en el primer deportista en medio siglo en dicha universidad en pertenecer a sus equipos de fútbol americano, béisbol y atletismo. Ya en 1982, Terry Smith recaló en la NFL tras firmar como agente libre con los New England Patriots. Sin embargo, la mala suerte se cebó con él: en agosto de ese mismo año, Smith se lesionó en la rodilla en la pretemporada en una derrota de su equipo contra los Philadelphia Eagles y tuvo que ser operado. Finalmente, dos años después y sin haber conseguido jugar ningún partido oficial con la franquicia de Massachusetts debido a esa rodilla lesionada, Smith tuvo que retirarse.
En cualquier caso, unos años más tarde, a finales de la década de los ochenta, Terry Smith encontró una nueva oportunidad en el fútbol americano lejos de Estados Unidos, al otro lado del océano Atlántico, en Inglaterra. Los Manchester Spartans decidieron contratarle como entrenador-jugador y su éxito en el club mancuniano fue imponente, incluidos dos campeonatos nacionales y el título de la Eurobowl logrado el 28 de julio de 1990 en Rimini contra los Legnano Frogs.
Después, Terry Smith quiso también trasladar ese éxito que había tenido como entrenador-jugador a su nueva condición de dueño.
Primero, en el fútbol americano.
Y, después, en el fútbol y, en concreto, en el Chester City Football Club, el equipo en el que se había fijado, al parecer, porque le gustaba llevar a sus hijos al aclamado zoo de esa ciudad, el más grande de toda Inglaterra.
III. Pese a la llegada de Terry Smith y su teórico dinero, el Chester City Football Club de finales de siglo se recuerda, más bien, por su inestabilidad y deriva deportiva. Su delantero John Murphy se fue al Blackpool. Ross Davidson, central elegido como mejor jugador en la campaña anterior a la llegada del dueño estadounidense, fichó por el Barnet. Bill Wingrove, presidente ejecutivo de la entidad, se marchó al mes de llegar Smith y terminó ganando 10.000 libras esterlinas después de demandar al club por despido improcedente. Kevin Ratcliffe, el entrenador de las cuatro temporadas anteriores que había llevado al Chester City a los play-offs de ascenso a la Football League Second Division un par de campañas antes, apenas duró unos pocos partidos en el cargo con el estadounidense al mando: se acogió a una cláusula de su contrato que le permitía irse si llegaba una nueva propiedad al club porque, según la BBC, tenía opiniones muy diferentes a las del propio Terry Smith.
El mandatario estadounidense no lamentó en exceso su marcha y, un par de días después, anunció un nuevo cuerpo técnico de cinco personas y liderado por… él mismo.
En efecto, Terry Smith, el laureado entrenador de los Manchester Spartans de fútbol americano decidió que también estaba capacitado para ser un laureado entrenador del Chester City de fútbol, a secas.
Foto: Andrew Price
“Entrenar es lo mismo en un 90%, independientemente del deporte”, aseguró el estadounidense, que nombró tres capitanes en su equipo, uno por línea, el de la defensa, el del medio del campo y el de la delantera. Asimismo, también decidió instaurar sesiones de entrenamiento de fútbol imaginario, en el que sus jugadores tenían que jugar con un balón… pues eso, imaginario. “Terry estaba loco”, contó años más tarde en una entrevista su exjugador Paul Carden. Y añadió: “Simplemente no sabías lo que pasaría de un día para otro. Un día podías estar estudiando un dossier de 100 páginas y al siguiente estar entrenando sin balón”.
Loco o visionario, lo que es innegable es que sus novedosas ideas, en cualquier caso, no salieron tal y como él esperaba: el Chester City de Terry Smith solamente sumó 15 puntos de 57 posibles entre septiembre y diciembre, marcando 19 goles y recibiendo 35. En esa Navidad, tres derrotas consecutivas incontestables del Chester City ante el Mansfield Town y especialmente contra el Leyton Orient y el Carlisle United hicieron que el empresario estadounidense decidiera incorporar a un nuevo entrenador, Ian Atkins, si bien Smith le concedió el puesto de director de fútbol, mientras él mismo conservó la nomenclatura de técnico del primer equipo, dejando meridianamente claro su intención de seguir interfiriendo en las decisiones deportivas. Con la llegada de Atkins y una larguísima retahíla de jugadores -Paul Carden cuenta en la entrevista que cité con anterioridad que, pese a que en teoría Terry Smith estaba repleto de dinero, las carreras de los jugadores a los bancos para cobrar su cheque el día de pago antes de que la cuenta del club se quedara sin dinero eran antológicas- y después de una dolorosísima goleada contra el Brighton & Hove Albion a finales del mes de febrero (1-7), los resultados del Chester City Football Club mejoraron exponencialmente, pero una derrota doméstica por la mínima el 6 de mayo en la última jornada liguera contra el Peterborough United certificó un fracaso histórico: por primera vez en 69 años, desde la campaña 1930-1931, el Chester City fue relegado a las divisiones de la Conference Football y dejó de pertenecer a las categorías de la Football League, el segundo nivel -tras la creación de la Premier League en el año 1992- del sistema piramidal del fútbol inglés.
IV. Aunque cuando llegó fue considerado como un salvador después de la mala situación económica a la que Mark Guterman había llevado al Chester City Football Club, lo cierto es que la relación entre los aficionados del equipo inglés y Terry Smith se rompió a los pocos meses: en el citado último partido de la temporada 1999-2000 contra el Peterborough United, la afición del Chester City desfiló con un ataúd por el centro de la ciudad. Una tradición que trasladaron también al Deva Stadium, que se convirtió en el enclave permanente de sus vigilias habituales.
Por su parte, Terry Smith tampoco aguantó mucho en su periplo por el Chester City Football Club: en octubre del año 2000, apenas quince meses después de comprarlo, desapareció sin mirar atrás, dejando incluso una casa vacía y un montón de facturas impagadas, lo puso en venta y, un año después, en septiembre de 2001, consiguió vendérselo a Stephen Vaughan, el promotor de boxeo con el que el Chester City Football Club, que había sido fundado en 1885, dejó de existir en 2010.
V. En cualquier caso, el Deva Stadium, el campo de un equipo inglés pero que tiene su estadio en Gales, sigue acogiendo partidos de fútbol en la actualidad: en ese mismo año 2010, los aficionados del desaparecido Chester City Football Club decidieron formar un nuevo club, el Chester F.C.
Y, de tal modo, el derbi transfronterizo continúa también disputándose desde aquel lejano primer encuentro el 8 de diciembre de 1888: Chester, la ciudad amurallada de clase media-alta con restos romanos, campos de golf e hipódromos que se sitúa a la orilla del río Dee, al sur de Liverpool, rivaliza con Wrexham, veinte kilómetros al suroeste, al otro lado de la frontera, la ciudad galesa obrera e industrial en la que durante siglos se extrajeron carbón y plomo mientras se producía hierro, acero, ladrillos y cerveza.
Y en la que desde el mes de octubre de 1864 está presente el Wrexham A.F.C., el máximo rival antes del Chester City Football Club y ahora del Chester F.C.
Y también el club deportivo más viejo de la historia de Gales y uno de los primeros que se crearon en todo el mundo.
Por cierto, en la actualidad, desde el 9 de febrero de este mismo año, el Wrexham A.F.C., al igual que en su día el Chester City Football Club con Terry Smith, también tiene unos dueños extranjeros: la RR McReynolds Company LLC. O lo que es lo mismo: la empresa que crearon el actor canadiense Ryan Reynolds y el actor estadounidense Rob McElhenney para convertirse en los máximos accionistas del club galés.
Aunque, al contrario que lo que sucedió cuando llegó el pionero Terry Smith, ahora lo normal en el fútbol inglés es que el dinero de sus clubes proceda del otro lado del Atlántico.
Foto: Les Evans
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En este texto he utilizado referencias de Chester City, Four Four Two y The Non League Paper.
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Suelo escribir siempre con música, así que he decidido que voy a poner alguna de las canciones que ha sonado mientras estaba escribiendo el texto. Como, por ejemplo, ésta: