Las pancartas de Anfield (Parte 2)
(Este texto corresponde a la sección de Reportajes, que, como su propio nombre indica, contiene reportajes sobre deportistas, clubes o cualquier aspecto relacionado con el deporte)
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(Aquí puedes leer la parte 1 de este reportaje)
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El lugar actual del Manchester United
Porque, como sugiere González, ¿en qué lugar está ahora mismo el Manchester United? Sin duda, en uno mejor que el del pasado domingo 4 de octubre cuando cayó goleado 1-6 en Old Trafford contra los Spurs en una derrota que, vista en perspectiva, fue un punto de inflexión en su temporada, pero también todavía muy lejos del equipo que necesita ser para volver a ganar la Premier League. Actualmente, este Manchester United es, como todos los equipos en construcción, tremendamente irregular, con capacidad para remontar, pero también con tendencia a no saber controlar los partidos. Un conjunto, salvo excepciones, que esta temporada ha competido contra los equipos grandes adoptando una posición de debilidad, normalmente cediendo el balón y buscando la velocidad a la contra, y que, aunque genera, asimismo, dudas en su condición de dominante contra cualquier otro rival, en el día a día, en la regularidad, es capaz de acumular un triunfo tras otro.
Sus estadísticas, de hecho, son un crisol de incongruencias.
Desde su única victoria esta temporada el pasado domingo en el campo del City en sus partidos ligueros contra el resto de clubes del Big Six (como curiosidad ilustrativa: de sus ocho encuentros contra City, Liverpool, Chelsea, Spurs y Arsenal, cinco han terminado con empate a cero) a su imbatibilidad a domicilio (nueve victorias y seis empates).
Desde su ineficacia mostrada en partidos contra equipos de menor entidad como el Crystal Palace, el Sheffield United o el West Brom a su sucesión de remontadas para ganar o empatar lejos de Old Trafford contra el Brighton, el Newscastle, el Everton, el Southampton, el West Ham, el propio Sheffield United, el Fulham o el citado West Brom.
Y todo ello, además, sin poder olvidar la influencia en el juego del Manchester United de Bruno Fernandes, la figura heliocéntrica sobre la que se genera absolutamente todo el ataque de los mancunianos. Esta vez, las estadísticas -y Nacho González- no tienen nada que objetar: el portugués es, según un par de estudios de Tom Worville en The Athletic publicados tanto en el mes de enero como en el de febrero, el jugador con mayor uso por parte de su equipo de toda la competición y el jugador de toda la competición con más participación en jugadas que acabaron en gol, ya sea como autor, asistente o constructor de la misma. Una influencia inabarcable que el mediapunta ha conseguido en apenas poco más de un año, dado que llegó al Manchester United el pasado 30 de enero de 2020.
“La figura de Bruno sobre todo se explica desde la enorme necesidad que tenía el Manchester United de tener un futbolista así. Antes de Bruno, Solskjaer quería utilizar a un mediapunta, pero sólo tenía a Lingard o a Pereira y los dos fueron desastrosos en esa posición. Insistió mucho con ambos”, asiente González. Y lo explica: “Rashford buscaba un jugador asociativo que tirara paredes con él y Lingard ni las veía. Eso cambia completamente desde el momento en el que llegó Bruno Fernandes. Bruno Fernandes lee muy bien los movimientos de Rashford, los movimientos de los que le rodean, además es un futbolista que atrae muchas más miradas de la defensa de lo que hacía Jesse Lingard porque es peligroso en el disparo lejano, es peligroso de cara a puerta dentro del área, y eso liberó mucho a todos los que le rodeaban y por supuesto construyó la figura de Bruno Fernandes como líder ofensivo”. “Es un futbolista que sabe inglés, que eso en la Premier League en clubes así es muy importante, tiene un carácter bastante de líder, es un jugador muy vocal, muy visceral en sus reacciones cuando las cosas van mal y cuando las cosas van bien y eso creo que le viene bien al Manchester United y le añade carácter”, finaliza.
Regresar al Fergie Time
A priori, sobre la figura del mediapunta portugués seguirá girando en el futuro más cercano el universo competitivo de un histórico del balompié que, al igual que ocurre en Italia con el AC Milan, quiere regresar de su alargado destierro por la mediocridad, pero que todavía transita por el desierto sin acabar de atisbar el oasis que se encuentra al otro lado de las dunas. “Ya se ha visto que la brecha todavía con el Manchester City es bastante grande, ya lo era el año pasado con el Liverpool… Creo que hay que construir poco a poco y la construcción de un proyecto ganador empieza por entrar de forma regular en Champions League, sin idas y venidas que acaben con el Manchester United en Europa League”, inquiere González. Y continúa: “Este año parece que el Manchester United se va a meter en Champions League, pero la propia Champions League le ha enviado en fase de grupos a la Europa League. Eso es lo que no puede ser. Es un equipo que tiene que año tras año asentarse en Champions League y en la fase de eliminatorias de la Champions League. Ya no sólo por un tema económico, sino por un tema deportivo de ir construyendo un carácter competitivo que ha perdido en los últimos años cuando antes era un fijo”.
De hecho, para González lo que este Manchester United tiene que hacer es “convertirse en lo que son el Manchester City y el Liverpool a día de hoy, que son equipos que no nos imaginamos fuera de los octavos de la Champions League”. “Un proyecto como el del Manchester United tiene que asegurarse lo mínimo que a día de hoy se exigen el Manchester City y el Liverpool. A partir de ahí, el siguiente paso será acortar esa distancia con el City y con el Liverpool, más allá de que creo que la distancia deportiva del Manchester United, en cuanto a la gestión deportiva en las oficinas, está a bastante distancia de la del Liverpool y de la del City. Económicamente el Manchester United sigue siendo un tren, una máquina de hacer dinero, aunque en el caso de los Glazer no es la mejor gestión posible de ese dinero que se genera”, mantiene. Y completa: “La situación es la que es. Los Glazer y Ed Woodward no han demostrado un profundo conocimiento del mercado, sí financiero, pero no futbolístico, y aparte hay otros transatlánticos en la liga que no permiten un paso en falso”.
“A los grandes les afecta negativamente que no haya gente en las gradas. Old Trafford a mí personalmente me impresiona bastante, es un estadio muy bonito, muy señorial, muy imponente y la verdad es que para cualquier grande no contar con su coliseo lleno y apoyándoles es un punto a favor de los pequeños”, teoriza González. Y sentencia: “Es cierto que la afición del Manchester United es exigente, que a veces en los días malos casi te viene mejor no estar escuchando el murmullo de la grada para seguir fiel a tu plan porque muchas veces el United renuncia al balón y espera atrás y al contragolpe y eso a una parte de la grada puede no gustarle, pero el público es fundamental para reaccionar en los malos momentos, para un equipo como el United que siempre depende mucho de los arreones, de la épica”.
O en otras palabras, sintetizándolo, para poder volver a ganar el Manchester United tiene que llevar pancartas a Anfield y regresar al Fergie time.
Oh-Ah Cantona. We are back.
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En este texto he utilizado referencias de La Media Inglesa, The Athletic y The Guardian.
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Suelo escribir siempre con música, así que he decidido que voy a poner alguna de las canciones que ha sonado mientras estaba escribiendo el texto. Como, por ejemplo, ésta: